No es ningún secreto que actualmente Estados Unidos enfrenta una severa crisis de salud a causa de la adicción a los opioides, lo que ha generado consecuencias como una disminución es la esperanza de vida y un incremento en las muertes por sobredosis, por lo que para Michael Bell, médico forense de Florida, se trata de la peor crisis del país desde la provocada por el VIH-SIDA en la década de los 80’s del siglo pasado.
Recuerdo que a mí me tocó la etapa más dura del SIDA en el país y cada día estábamos llenos de trabajo porque llegaban cientos de cuerpos para practicarles autopsias y fueron años terribles, pero en la actualidad sucede algo similar y el sentimiento de mis colegas es que nos estamos enfrentando a algo incluso peor.
Al respecto, en octubre del presente año Donald Trump tuvo que declarar una emergencia nacional de salud a causa del incremento en el consumo de opioides en Estados Unidos, con el objetivo de obtener mayores recursos y de esta forma combatir de una mejor manera esta grave adicción que tan sólo durante el 2016 provocó la muerte de más de 64 mil estadounidenses.
En ese sentido, para lograr entender de una mejor manera la magnitud del problema, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que Estados Unidos consume el 85 por ciento de los opioides de todo el mundo, además de que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), han afirmado que esta adicción ya provoca más muertes dentro del país que enfermedades como el cáncer de mama.