Diversas investigaciones han puesto de manifiesto que jugar videojuegos por un tiempo prolongado, puede ocasionar diversos trastornos de salud.
Después de discutir este asunto por años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió incluir por primera vez los problemas de salud asociados a los videojuegos, como una enfermedad mental.
Esto se hará oficial el próximo año cuando el organismo publique la nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades, misma que no se ha actualizado desde 1990.
“Los profesionales de la salud deben reconocer que los trastornos del juego pueden tener consecuencias graves para la salud de las personas”, dijo Vladimir Poznyak, encargado del departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, en una declaración hecha a la revista New Scientist.
¿Por qué la OMS incluyó el trastorno por videojuegos a su clasificación de enfermedades?
Poznyak detalla que dicho trastorno se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego “continuo o recurrente” que está relacionado a tres condiciones negativas causadas por el mal uso:
- No controlar la conducta de juego en cuanto al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en que se juega.
- La importancia que se la da a esta clase de juegos frente a otros intereses y actividades diarias.
- Mantener este mismo patrón a pesar de saber que tiene consecuencias negativas.
Cabe destacar que esta clasificación incluye a aquellos videojuegos que necesitan una conexión a internet o sin ella.
Vladimir Poznyak menciona que esta noticia no debe ser tomada como una emergencia epidemiológica, sin embargo, advierte que si bien la mayoría de las personas que juegan videojuegos no sufren ningún trastorno, del mismo modo que la mayoría de las personas que beben alcohol tampoco, es importante aceptar que existen circunstancias en que el uso desmedido puede causar efectos adversos.
Estos efectos negativos en la salud pueden perjudicar los círculos personales, familiares, sociales, educativos, laborales, entre otras muy importantes. De esta manera, el comportamiento negativo de la persona frente al juego puede ser evidente durante un periodo de al menos un año para que se pueda hacer un diagnóstico certero. Pero cabe la posibilidad de acortar esta duración si se cumplen todas las características de diagnóstico y si los síntomas son demasiado graves.
No todos están de acuerdo
A inicios de 2017, cuando se especuló que la OMS consideraba incluir los videojuegos como posible origen de trastornos mentales, un grupo de investigadores criticaron la idea en un artículo publicado en el New York Times.
Las preocupaciones sobre los comportamientos de juego problemáticos merecen toda nuestra atención, pero aún no hay nada claro que nos diga que estos comportamientos obedezcan a un nuevo trastorno. La inclusión de esta clasificación no debería llevarse a cabo, de esta forma se evitaría el desperdicio de recursos de salud pública, así como un pánico moral.
Estos mismos investigadores también hacen referencia a un estudio publicado en The American Journal of Psychiatry, en donde se menciona que las personas que se ajustan a los criterios propuestos por la OMS, en realidad no parecen tener un problema mental.