La Fibrilación Auricular (FA), es la arritmia sostenida más frecuente en la práctica clínica, teniendo una prevalencia cercana al 2 por ciento de la población general. Esta cifra aumenta con la edad, siendo del 15 por ciento en pacientes mayores de 70 años.
En la actualidad este padecimiento es tratado con fármacos – los cuales regulan la frecuencia cardíaca y reducen las complicaciones- o con tratamientos anticoagulantes. Sin embargo estos medicamentos pueden causar efectos secundarios en los pacientes como fatiga crónica, fotosensibilidad, daños en la tiroides, proarritmogenia y dificultad respiratoria.
Por esta razón un grupo de investigadores de la Universidad de California de San Francisco (UCSF) decidió investigar a profundidad el tema para tratar de encontrar causas y tratamientos. Su estudio el cual se basó en datos recolectados a lo largo de 25 años en más de 15 mil adultos, dio a conocer que el consumo de alcohol a largo plazo puede provocar un latido cardíaco irregular y por lo mismo aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos que pueden provocar accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.
Dicha investigación también demostró que por cada década de abstinencia de alcohol, el riesgo de fibrilación auricular se reducia en un 20 por ciento, independientemente del tipo de alcohol. Mientras que con cada década adicional de consumo el riesgo aumentaba un 13 por ciento y con cada bebida adicional por día, se asoció un aumento del 4 por ciento.
En una enfermedad que afecta a millones y que es una de las causas más importantes del accidente cerebrovascular, identificar factores de riesgo modificables es particularmente importante, enfatizó el autor principal del estudio, el Dr. Gregory Marcus.