Por naturaleza todas las personas somos diferentes y cada uno cuenta con características que los vuelven únicos, por ello, mientras algunos suelen tener un carácter amigable y son fáciles de tratar, existen otras personas que se ubican en el extremo opuesto y que son mucho más complicados al momento de relacionarse con ellos.
En el caso de la profesión del médico, se debe considerar que debido al contacto diario con pacientes durante las consultas y revisiones, es bastante probable que en algún momento se deba tratar con un paciente difícil, aunque eso puede llegar a generar ciertas dudas porque en realidad no existe una definición que englobe lo que se considera como “difícil”.
De esta forma, muchos suelen describir a esta clase de pacientes como los que tienden a ser manipuladores o buscan engañar al médico a cargo, lo cual intentan lograr a través del llanto o el chantaje.
En ese sentido, para lograr tratar a esta clase de paciente la mejor recomendación que se hace es mantener una comunicación constante, siempre basada en el respeto y ante todas las cosas, jamás perder la compostura ni el profesionalismo médico.
Puede llegar a ser complicado atender a personas con estas características pero para lograrlo, busca iniciar una conversación y nunca perder la atención del paciente porque eso es lo que los podría hacer enojar y provocar su ira.
Por otra parte, considera que existen pacientes que pueden llegar enojados a la consulta, lo cual es sinónimo de miedo, por lo cual lo mejor siempre es el diálogo y explicarles de manera detenida el trabajo que realizarás para lograr calmarlos y así poder realizar tu trabajo de una mejor manera.