No es extraño encontrarnos a algún conocido que en épocas decembrinas suela estar resfriado y se lo achaque al frió; sin embargo no es el clima lo que provoca las enfermedades en esta temporada, son los diferentes tipos de virus. Para evitar que se propague el germen los científicos buscan identificar las cepas del virus y sus hallazgos se basan en verificar cual fue el que más enfermó en la temporada pasada para luego organizar campañas de vacunación.
Lamentablemente este año puede no resultar muy beneficioso, pues de acuerdo a un informe publicado en el New Egland Journal of Medicine, la inyección contra la influenza A (H3N2) podría ser solo un 10 por ciento efectiva porque el virus parece haber mutado y aumentado sus secuelas.
Esto es una situación preocupante ya que tan sólo en lo que va del año se identificaron en Estados Unidos más de 710 mil hospitalizaciones y 12 mil muertes.
Sin embargo, el tema de las jornadas de vacunación ha dado mucho de que hablar en los últimos años, pues aunque los médicos recomiendan la inyección como parte de prevención, muchas personas están convencidas de que la vacuna provoca una gripe aún más fuerte.
Pero eso no es del todo cierto, puesto que no es como la vacuna contra la rubéola, en la que se introduce una cantidad de la infección para estimular a que el sistema inmunológico produzca anticuerpos, la razón principal es que la inmunidad contra el virus toma dos semanas en desarrollarse, así que en ese periodo la gente puede contraer el virus justo antes o después de ponerse la inyección.