La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el virus del Zika se “propaga de forma explosiva” en América Latina y el Caribe y estima que a finales de 2016 habrá 4 millones de personas infectadas. Con base en ello, y ya que no existe actualmente una vacuna para combatirlo, podemos asumir que queda en manos de los profesionales de la salud ayudar a difundir información confiable que permita prevenir contagios de Zika.
Las personas deben entender que la clave para mantenerse libres de este patógeno se encuentra en la prevención y eso significa tomar las precauciones necesarias para evitar picaduras de mosquitos, de modo que tus pacientes deben tener claro lo que deben hacer:
- Permanecer en lugares cuyas puertas y ventanas tengan mosquiteros, o bien, en espacios que cuenten con aire acondicionado para mantener alejados a los mosquitos.
- Dormir bajo un mosquitero.
- Eliminar fuentes de agua estancada a fin de evitar los depósitos de huevecillos.
- Aplicar repelentes según las indicaciones del producto, ya que los mosquitos suelen estar más activos durante el día. En este sentido, conviene que indiques a las mujeres embarazadas cuáles repelentes son más seguros para ellas.
- Evitar el uso de productos cosméticos perfumados para dejar de atraerlos.
- Usar pantalones y playeras de manga larga y, de preferencia, meter la pierna del pantalón dentro de los calcetines al estar al aire libre.
- Recurrir a prendas de colores claros, ya que se cree que los mosquitos se sienten atraídos por tonos oscuros.
Aunque sólo 1 de cada 5 personas infectadas puede presentar síntomas, todas deben saber que el virus del Zika produce fiebre, sarpullido, dolor en articulaciones, conjuntivitis, dolor muscular y dolor de cabeza leve, síntomas que pueden durar hasta una semana, ya que de ello depende que puedan buscarte para solicitar atención médica oportuna para cualquier miembro de su familia.