Contar con un equipo de trabajo optimista y motivado dentro del consultorio médico o clínica es importante para alcanzar el éxito; sin embargo, para lograr lo anterior se requiere un esfuerzo constante, ya que cualquier factor adverso puede romper este ambiente y jugar en nuestra contra, por ejemplo, cuando existe mala gestión del pesimismo de algún colaborador.
Pesimismo literalmente significa “lo peor” y es la creencia, a menudo subconsciente, de que los resultados no deseados son inevitables y las dificultades son más frecuentes que los acontecimientos positivos de la vida. Un pesimista, por tanto, cree que la infelicidad, la decepción y el fracaso son normales, mientras que todo resultado positivo es fruto del azar y está fuera de su control.
Detectar a una persona pesimista dentro de tu equipo de colaboradores es sencillo, ya que suele distinguirse por comportamientos como estos:
- Ver los cambios como riesgos innecesarios.
- Sentirse víctima de los acontecimientos.
- Concentrarse en su propia perspectiva.
- Sentirse dañada por otros con frecuencia.
- Tener dificultar para perdonarse y perdonar a los demás.
- Encontrar fallos en la mayoría de las situaciones.
- Usar todo tipo de argumentos para demostrar que tiene razón.
Aunque existe riesgo de confundir pesimismo con depresión, las personas con depresión frecuentemente se sienten derrotadas y son incapaces de justificar su tristeza y desesperanza, mientras que los pesimistas suelen tener argumentos para explicar y defender sus puntos de vista negativos.
El pesimismo puede propagarse rápidamente entre tu equipo de colaboradores causando conflictos como la caída de iniciativas y mala convivencia. No obstante, los pesimistas pueden ofrecer ciertas ventajas, por ejemplo, llegan a identificar problemas por anticipado y son los primeros en preparar planes de contingencia, lo que se denomina “pesimismo defensivo” y es positivo para tu consultorio/empresa ; de hecho, debes saber que los pesimistas defensivos pueden ser tan eficaces y exitosos como los optimistas de su equipo de trabajo, pero hay que saber cómo manejarlos, así que toma en cuenta estos consejos:
- Reconoce su punto de vista. El análisis serio de las debilidades detectadas por los pesimistas puede redituar en ahorro de tiempo y dinero. Sé objetivo, escúchalos y bríndales oportunidad para explicar su posición, además, conviene preguntarles cómo podría cambiarse la situación.
- Explica el impacto del pesimismo sobre el equipo de trabajo. Algunas personas pueden no ser conscientes de su actitud, por tanto, hay que hablar personalmente con cada pesimista y explicarles cómo su negatividad influye en los otros colaboradores. Nunca denigres su actitud, céntrate en darles ejemplos específicos de cómo perjudican y de qué forma pueden ayudar a mejorar la situación, ya que son parte importante del equipo de trabajo.
- Ayuda a aumentar su autoconfianza. Muchos pesimistas carecen de confianza en sí mismo, por eso son los primeros en decir “yo no puedo hacer eso”. Asígnales tareas que puedan realizar, exprésales tu confianza en su capacidad para cumplir con cada meta y agradéceles por sus aportaciones y análisis.
La efectiva gestión del pesimismo dentro del consultorio médico puede aportar una perspectiva valiosa para tu equipo de trabajo, por lo que es importante estar atento a las opiniones de los pesimistas y agradecer sus análisis.