Una investigación realizada por expertos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, reveló que 4 de cada 10 profesionales de la salud acudieron a trabajar a pesar de tener gripe o padecimientos similares durante los inviernos de 2014 y 2015.
Los expertos recolectaron información de mil 914 empleados, de los que 414 (21.6 por ciento) padecieron síntomas como fiebre, tos o irritación de garganta. De esta cifra hubo 183, de los cuales el 41.4 por ciento trabajó mientras estaba enfermo un promedio de tres días. La media de ausentismo por este problema fue de dos días.
Por otra parte, de los 414 que presentaron síntomas, aproximadamente el 57.3 por ciento acudió a consulta médica y de éstos, el 25.2 por ciento fue diagnosticado con gripe.
De acuerdo con los resultados los farmacéuticos (67.2 por ciento) y médicos (63.2 por ciento) son los que más trabajan cuando están enfermos, siendo los hospitales los lugares donde más trabajan estando enfermos.
El estudio publicado en el American Journal of Infection Control, también recopila las razones que obligan a los profesionales de la salud para no faltar a trabajar. De las respuestas que los investigadores recogieron, las más comunes fueron que “deben ser capaces de desempeñar sus tareas a pesar de estar enfermos” y que “no se sienten tan mal como para faltar al trabajo”.
Los investigadores mencionaron la importancia de realizar intervenciones orientadas a los conceptos erróneos que existen alrededor de la baja por enfermedad, así como fomentar las bajas remuneradas.
Los números son bastante alarmantes. Estudios anteriores han demostrado que los pacientes que están expuestos a un profesional de la salud enfermo tienen cinco veces más probabilidades de tener una infección relacionada a la presencia en entornos hospitalarios. Las autoridades sanitarias y los directores de hospitales deberían aconsejar a su personal a no acudir a trabajar cuando están enfermos”, dijo Sophia Chiu, autora principal del estudio.