La mala praxis suele deberse, entre otras causas, a falta de habilidad en el ejercicio profesional, poca empatía con las personas e ineficiente comunicación, lo que trae consigo la posibilidad de enfrenar denuncias, sin embargo, también está en manos del paciente reducir errores médicos siempre que sepa cómo colaborar con el profesional de la salud para que así sea.
Por tanto, el médico debe educar a sus pacientes, para lo cual puede tomar en cuenta los siguientes consejos:
Fomenta la participación del paciente en la toma de decisiones
Si bien carece de la formación adecuada para tomar grandes decisiones médicas, puedes informarlo sobre su condición a fin de que se convierta en un individuo más participativo en los límites del acto médico profesional, lo que supone reducir el riesgo de quejas por falta de comunicación y libertad de decidir en su tratamiento.
Explica por qué es tan importante mantener una comunicación eficaz
Brinda a tu paciente la confianza de expresar toda sus inquietudes, por pequeñas que parezcan.
Infórmale de la importancia de reportar cada una de las medicinas que consume
Como sabes, esto incluye medicamentos con y sin prescripción, así como suplementos dietéticos, vitaminas y remedios caseros. Invítalo a llevar dichos productos al consultorio para revisarlos y evitar posibles reacciones adversas.
Asegúrate que el paciente pueda leer los que has escrito en la receta médica
Si sabe lo que dice es más fácil que verifique si las medicinas que le entregan en farmacia son las adecuadas, además, podrá revisar cómo y cuándo usarlas si es que no recuerda tus instrucciones.
Pídele que te hable de sus alergias presentes y pasadas
Quién mejor que tú sabe que conocer alergias comunes y reacciones adversas a medicinas puede ayudar a evitar el uso de medicamentos que supongan daño al paciente.
Informa sobre los efectos secundarios que los medicamentos pueden causar
Al hacerlo, permites que el paciente se prepare mejor para enfrentar la situación, o bien, sea capaz de identificar rápidamente cambios inesperados y pedir ayuda a la brevedad.
Cuando des de alta a un paciente, explícale detalladamente en que consiste el tratamiento y cuidados que debe llevar
Parece un punto obvio, pero la realidad es que muchas veces a la gente no le resultan claras indicaciones que para los médicos son más que lógicas. Por tanto, hay que especificar cómo, cuándo y por qué usar ciertas medicinas; qué es lo que hay que evitar, por ejemplo, ciertos alimentos y, claro, cuándo será posible retomar las actividades cotidianas.
Pide a tu paciente que hable con algún familiar o amigo cercano sobre sus necesidades y postura ante el tratamiento médico
En caso de que eventualmente esté imposibilidad para expresarlo él mismo, de modo que como médico puedas tener claro qué prefiere tu paciente, aun si no pudieras conversar con él.