Aunque parezca todo lo contrario, un profesional de la salud debería ser capaz de diferenciar entre pacientes potenciales y aquellas personas que podrían representar un “riesgo” para su práctica médica y los intereses de crecimiento de su consultorio.
¿Cuáles son los pacientes de riesgo?
Identificar este tipo de pacientes podría ser una tarea laboriosa; sin embargo, existen algunas características que pueden delatarlos fácilmente, siendo generalmente las primeras consultas donde puedes observar qué pacientes podrían causarte más problemas que beneficio a la larga.
Éstos son algunos puntos clave que debes tomar en cuenta:
- Si en los últimos meses la persona ha cambiado de médico muchas ocasiones sin que exista una causa justificable.
- Si durante la plática la persona en cuestión se expresa mal de los médicos que lo han atendido con anterioridad.
- Si la persona se define a sí misma como un paciente difícil, complicado, molesto o exigente.
- Si expresa que ha abandonado todos los tratamientos médicos sin causa aparente.
- Si insiste en pedirte tu número celular o particular para llamarte en caso de ser necesario.
Si el posible paciente reúne más de dos de los anteriores puntos, quizás deberías de pensarlo dos veces antes de ofrecer tus servicios, pues la mayoría de ellos sólo te causarán problemas, como por ejemplo:
- Cancelar consultas de último momento.
- Llamar por teléfono a altas horas de la noche sólo para reportarte problemas sin importancia.
- No pagar tus honorarios a tiempo.
Toma en cuenta estos consejos y evita problemas a futuro que puedan desprestigiar el nombre de tu marca o afectar tu consultorio de alguna otra manera.