Paolo Macciarinni fue uno de los médicos más importantes y reconocidos a nivel mundial luego de haber realizado, en el ya lejano verano de 2011, el primer transplante de un órgano sintético en la Historia de la Medicina: la tráquea plástica insertada en un paciente, hecha en la ciudad de Estocolmo, Suecia.
El efecto Macciarinni | De la cima al pozo
Con esto en mente y tomando como base de este pequeño escrito la información depositada en un artículo publicado por la cadena de noticias BBC, Macciarinni se había colocado como uno de los médicos especialistas más importantes a escala global gracias a una larga trayectoria en la atención médica de pacientes y, sobre todo, por su desempeño en el renombrado Instituto Karolinska (IK).
Dato: Los académicos e investigadores del Instituto Karolinska (IK) son los encargados de hacer la evaluación y determinar el fallo por el que se entrega, año con año, el Premio Nobel de Medicina.
En julio de 2011, el mundo médico hablaba de un avance inédito: el cirujano italiano Paolo Macchiarini había realizado el primer trasplante de órgano sintético del mundo, con una tráquea plástica. Fue una revolución. Implicaba el fin de las listas de espera para encontrar donantes compatibles. Tráqueas y otros órganos serían fabricados de forma rápida, segura y a medida para cada paciente.
Macciarinni | ¿Pionero, genio o médico rebelde?
Sin embargo, 5 años después, 2016, el médico que había revolucionado la Medicina fue encontrado culpable por haber causado la muerte de siete de nueve pacientes, a quienes sometió a su tratamiento de colocación de la traque sintética. El resto, las dos personas que sobrevivieron, fueron recibieron la traquea de un donante que le salvó la vida.
En medio del escándalo, el Dr. Kjell Asplund, médico especialista y presidente del Consejo Sueco para la Ética Médica (CSEM), subrayó que el fundamento científico que impulsó la intervención quirúrgica innovadora “era débil y estaba condenado al fracaso”, ya que carecía de los los análisis de riesgo fundamentales y requeridos de forma previa a la operación de pacientes. E, incluso, señaló que era vital la aprobación ética pertinente que, en el caso del doctor macciarinni, no existían.
El paciente que recibió el primer trasplante en 2011 tenía 36 años: Andemariam Beyene, quien fue remitido por sus médicos en Islandia a los expertos en Hospital Universitario Karolinska. Macchiarini le que la cirugía revolucionaria era su única posibilidad de supervivencia y lo convenció de aprobar el procedimiento. El hombre murió por el desprendimiento del ‘andamio’ sintético.
Last victim of #PaoloMacchiarini‘s human trachea experiments has died. #bioethics #researchethics https://t.co/J2aHisn53u
— Christian Munthe (@christianmunthe) 20 de marzo de 2017
Imagen: Bigstock