Derivado del sismo magnitud 7.1 que se registró el pasado 19 de septiembre en territorio mexicano, diversos hospitales y centros de salud pública resultaron dañados con distintos niveles de afectación, pero uno de los que resultó más severamente golpeado fue la Clínica 41 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicada en la Ciudad de México.
El movimiento telúrico provocó que el centro de salud ubicado en la Delegación Gustavo A. Madero quedara con las escaleras principales y las de emergencia rotas, con una grieta a la mitad de ellas pero los pacientes las siguen utilizando, pese al peligro que eso representa, ante el pavor que les da subirse al elevador.
En ese mismo sentido, los médicos y enfermeras de la clínica han denunciado que las paredes de algunos consultorios presentan cuarteaduras de diversos tamaños; sin embargo la atención a los pacientes ha continuado, a pesar del peligro e inseguridad que representa observar las instalaciones en ese estado tan dañado.
A su vez, también se denunció que los baños presentan daños como pisos agrietados y tuberías fracturadas, lo cual afecta en cuanto a la calidad del servicio brindado a los pacientes y en las condiciones de seguridad del personal que ahí trabaja.
Es por todo lo anterior que los médicos le han pedido al IMSS que actúe de inmediato para poder restaurar todos los daños que el sismo ocasionó en la clínica porque no sólo se pone en peligro la integridad de los pacientes sino también la seguridad de los propios galenos, quienes pese a todas las adversidades no han dejado de laborar ningún día.