Los hábitos son formas de comportamiento que asumen las personas ante situaciones concretas de la vida diaria, estas actitudes forman patrones de conducta y aprendizaje que se mantienen a pesar del tiempo y que causan un impacto en el bienestar de la persona.
De acuerdo con un estudio del University College de Londres, publicado en European Journal of Social Psychology, se requiere repetir la misma acción bajo la misma situación durante 66 días continuos para que se forme un hábito que pueda mantenerse a lo largo de los años.
Se necesita constancia y paciencia para que una acción concreta se vuelva automática, pero vale la pena para llevar un estilo de vida saludable que ayude a prevenir enfermedades degenerativas y enfermedades relacionadas con la alimentación y la nutrición.
Aunque en cualquier momento es posible implementar un hábito nuevo, la infancia es la etapa ideal para adquirir aquellos que tienen que ver con la alimentación, pues estos se adoptan fácilmente por imitación de la conducta de personas mayores.
Una alimentación saludable es aquella que aporta los nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo óptimo. El programa Educación en la Alimentación y Nutrición (EDALNU), desarrollado en España en los años sesenta, propone un modelo de seis grupos alimenticios en los que se engloba la comida indispensable para cubrir las necesidades nutritivas de un día, repartiendo los alimentos preferentemente en cinco comidas.
Como médico es importante que constantemente menciones a tus pacientes los beneficios de adquirir hábitos saludables, los cuales se relacionan principalmente con la alimentación y la actividad física.
Algunos de los hábitos más importantes que debes fomentar
Gestionar el tiempo de manera adecuada
No sólo ayuda a evitar el estrés de una vida acelerada, sino a llevar una mejor alimentación, pues se aprende a destinar el tiempo suficiente a cada comida, para disfrutarla, masticar adecuadamente (30-40 veces) y mejorar la digestión. Además, tener control sobre tu tiempo te permite organizar rutinas de ejercicios para mantener tu cuerpo saludable y en forma.
Realizar actividad física
Se recomiendan al menos 30 minutos de actividad física entre 4 y 5 veces a la semana para mejorar la oxigenación, la circulación y los músculos del cuerpo.
Cabe aclarar que no es lo mismo realizar actividad física que hacer ejercicio, ya que el ejercicio es un movimiento corporal programado, estructurado y repetitivo, mientras que la actividad física se refiere a cualquier movimiento corporal.
Alternar el consumo de azúcar
Es importante prestar atención a las porciones de los alimentos y bebidas azucaradas. Una alternativa favorable para que esto sea más sencillo, son los productos que contienen sustitutos de azúcar, ya que ayudan a tener mayor control sobre la ingesta calórica sin perder el sabor que los hace apetecibles. En este segmento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA), han establecido un índice de consumo seguro, conocido como Ingestión Diaria Máxima Aceptable (IDA): para la sacarina 15mg, y para la sucralosa 5mg por kg de peso al día, en tanto que para el aspartame, 40 mg/kg. Hoy en día algunas empresas de la industria alimentaria incluyen productos con sustitutos de azúcar en su portafolio, por ejemplo, Coca-Cola con su versión Sin Azúcar.
Llevar una alimentación saludable
Se recomienda formar platillos que incluyan los seis grupos alimenticios y, aunque todas las comidas son importantes, se invita a prestar especial atención al desayuno, al que se sugiere agregar lácteos, cereales y fruta o zumo para que sea completo y equilibrado.
Además de consumir alimentos de calidad, las porciones adecuadas son clave para crear hábitos saludables. Destaca el Plato del Bien Comer avalado por la Secretaría de Salud (SSA), que sirve como una guía sobre los ingredientes que se deben integrar en una dieta correcta: frutas y verduras; cereales y leguminosas y alimentos de origen animal.