En la actualidad, las enfermedades mentales y los trastornos de la conducta son una realidad que afecta considerablemente la calidad de vida de los pacientes en México y en las diferentes sociedades alrededor del mundo.
La enfermedad mental, una realidad en el mundo: 300 mil pacientes muertos al año (2013)
Como ya se ha dicho, este tipo de condiciones patológicas son las responsables de la muerte de más poco más de 300 mil personas al año, de acuerdo con una evaluación elaborada por los especialistas de la plataforma digital Statista, aterrizada al año 2013, entre los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
38 millones de mexicanos padece de alguna enfermedad mental que afecta su calidad de vida
Un balance hecho por la Asociación Psiquiátrica Mexicana (APM) permitió identificar que en nuestro país al menos el 30 por ciento de la población padece de alguna enfermedad mental y/o trastorno en la conducta.
Una relación estadística que si se contrasta con la actual estimación poblacional que hay en el territorio nacional permite identificar que de los 127.5 millones de mexicanos calculados al año 2016 (Banco Mundial, 2017), 38 millones 250 mil mexicanos, es decir, el 30 por ciento, padece de alguna condición patológica que afecta su desarrollo mental.
Sólo 6% de los pacientes en México reciben tratamiento psicológico y psiquiátrico
Por si fuera poco, la APM es clara al hacer la precisión sobre la cual se puede identificar que únicamente el 6 por ciento de esos 38 millones de mexicanos recibe atención psiquiátrica para controlar la enfermedad. Una cifra que demuestra la importancia de tomar acciones en el asunto con el ánimo de remediar una tendencia en la que cada vez más se registran decesos por esta causa.
En este sentido, el Dr. Enrique Chavez León, presidente de la APM, explicó que el desarrollo de la patología mental requiere de la atención de varios sectores que intervienen en la vida y ámbito cotidiano del paciente. Motivo por el cual, la habilitación de los canales de comunicación adecuados en la opinión pública son la clave para hacer frente al problema de las enfermedades mentales que se avecina en México.
El médico general es el primero y no pocas veces el único que toma contacto con los enfermos, cuyos problemas tienen implicaciones psicológicas importantes. Por ello, es necesario que esté capacitado para manejar conceptualmente los aspectos psicológicos con la misma destreza con que maneja los aspectos morfológicos y funcionales. El contacto diario con los enfermos, vivido en su dimensión psicológica, hace más profundas y comprensivas las acciones médicas. Esta dimensión contribuye también a fortalecer el sentido de dignidad del médico, porque le devuelve aquello que tradicionalmente tuvo: el acceso a la intimidad de los enfermos.
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