El médico cubano Agustín Castellanos, quien creó junto a otros profesionales el marcapasos modernos, falleció a los 89 años de edad.
Castellanos, quien fuera hijo de una eminencia internacional en enfermedades coronarias infantiles, consiguió desarrollar su propio prestigio en el campo de las investigaciones cardiovasculares. En 1990, a los 63 años, trabajó en la costa pacífica de Colombia, donde junto con un equipo internacional de investigadores dispararon dardos de monitoreo a ballenas jorobadas para realizar electrocardiogramas para después utilizarlas en el estudio del corazón humano.
De acuerdo con los científicos que participaron en aquella aventura, la amplia visión que brindaba el corazón de una ballena (estructuralmente muy parecido al de un humano), era muy importante al momento de estudiar el corazón de una persona a través de un microscopio, pero con muchos más detalles. De este experimento, los investigadores lograron aprender cómo tratar las arritmias que pueden ocasionar ataques cardiacos.
Para 2011, año en que el doctor Agustín Castellanos decidió retirarse de la medicina, ya había conseguido diversos honores de instituciones de gran prestigio entre ellas la Asociación Médica Americana, la Universidad de Miami y la Asociación Médica Cubana.
El doctor Castellanos contribuyó de forma relevante al campo de la electrocardiografía y la electrofisiología clínica y estamos seguros que será recordado tanto en Estados Unidos como en otros países por todas sus contribuciones. Fue un gran intelectual que estimulaba a sus colegas y estudiantes para que pensaran de forma creativa”, dijo el doctor Robert Myerburg, profesor de Medicina y Fisiología de la Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami.
El doctor Agustín Castellanos murió tras padecer la enfermedad de Parkinson y de fibrilación auricular.
Imagen: University of Miami Miller School of Medicine