Autoridades del Gobierno Nacional de Colombia, uno de los países de América Latina donde más cirugías estéticas y reconstructivas se llevan a cabo a nivel mundial, han encendido las alarmas debido al aumento de casos de pacientes que están presentando complicaciones oculares e incluso ceguera a causa de procesos estéticos para “el rejuvenecimiento de la piel” en lugares inadecuados y llevados a la práctica por personas sin autorización (ni capacitación para ejercer la Medicina).
Las cirugías plásticas en Latinoamérica
Brasil, México y Colombia a la cabeza
Con esto en mente de acuerdo con un una evaluación elaborada por los médicos especialistas del la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica (ISAPS, por sus siglas en inglés), a nivel mundial los países de Estados Unidos y China encabezan la lista global de las principales naciones en el mundo que realizan más cirugías estéticas, con un registro identificado en el año 2014 de:
- Estados Unidos – 2014
Con 6 millones 300 mil intervenciones estéticas (entre quirúrgicas y no quirúrgicas), cifra que representan poco más del 21.1 por ciento de la estadística. - Brasil – 2014
Registró un total de 5 millones 473 mil operaciones estéticas (entre quirúrgicas y no quirúrgicas), lo que representa cerca del 7 por ciento de las intervenciones estéticas a nivel mundial.
Las cirugías más populares
Siguiendo la estadística del ISAPS, en este contexto, donde la mayor parte de la población en el mundo opta por la realización de este tipo de intervenciones en EE.UU. y Brasil (seguidos muy de cerca por Japón y México), los tratamientos de esta naturaleza más populares entre los pacientes fueron, en el año 2015, los siguientes:
El problema de los cirujanos “patito” en América Latina
En el caso específico de la región de América Latina, la lista de los países con el mayor número de intervenciones quirúrgicas es encabezada por las naciones de:
- México: 1 millón 500 mil operaciones;
- Colombia: 950 mil operaciones;
- Venezuela: 503 mil operaciones;
- Perú: 380 mil operaciones;
- Argentina: 347 mil operaciones;
Desde luego, Brasil por encima de todos ellos con un registro de más de cinco millones de intervenciones. Sin embargo, con todo esto en mente, las autoridades del Gobierno Nacional de Colombia han emitido una alerta relacionadas con el capital humano encargado de la implementación de dichas prácticas: los cirujanos plásticos.
A través de la Secretaría de Salud de Colombia (SSC) y en coordinación con los médicos especialistas de la Clínica Oftalmológica de Cali (COC), han denunciado el aumento de casos de mujeres que están perdiendo la visión por realizarse procesos estéticos en condiciones inadecuadas que ponen en riesgo la calidad del procedimiento y, en consecuencia, la vida del paciente.
Al respecto, la doctora María Cristina Lesmes, secretaria departamental de Salud del Valle, destacó lo siguiente:
Tenemos un reporte de la clínica oftalmológica de Cali, en el que nos informan que un número indeterminado de mujeres han llegado con lesiones definitivas en los ojos a consecuencia de procedimientos estéticos que tienen que ver con la inyección de sustancias alrededor de la cara o en la cercanía del ojo, muy probablemente anestesia para tatuaje, nos hablan de la inyección de plasma y plaquetas como método rejuvenecedor.
24 de 26 clínicas han sido cerradas
En este sentido, la titular del departamento de salud dio a conocer que se ha llevado a cabo una inspección preliminar únicamente en la región de Cali, demostrando la presencia de los “cirujanos” no capacitados para llevar a cabo dichas intervenciones (quirúrgicas y no quirúrgicas).
Desde el incio del presente año se han presentado seis muertes asociadas a intervenciones estéticas; dos en manos de personas inescrupulosas que aplicaban sustancias, dos en clínicas que no cumplían con las condiciones de calidad y salubridad, además de otras dos en manos de cirujanos expertos. Empezamos un seguimiento y hemos hecho la visita a 26 clínicas de las que 24 han sido cerradas porque no cumplen con los requerimientos. Sin embargo, es muy complicado llegar a lugares como peluquerías o casas donde se realizan estos procedimientos inadecuados.
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