Científicos e investigadores de la Facultad de Medicina de Universidad de Washington (UW) informaron que, derivado de un estudio realizado por un equipo multidisciplinario de especialistas, se reveló que existe la posibilidad de que los pacientes con un determinado tipo de virus intestinales pueden desarrollar diabetes tipo 1.
Generación de anticuerpos autodestructivos
Un peligro en el paciente pediátrico
Siguiendo esta línea argumentativa, el doctor Herbert Skip Virgin IV, jefe de Patología e Inmunología, y uno de los autores principales del trabajo de investigación reconoció que el estudio reveló que fue posible encontrar un tipo de virus con la capacidad para atacar a las propias células del paciente pediátrico.
Los niños cuyas comunidades víricas intestinales, o viroma, son menos diversas, tienen más probabilidades de generar anticuerpos autodestructivos que pueden conducir a la diabetes tipo 1. Al mismo tiempo, aquellos que portaban un virus específico perteneciente a la familia circoviridae tenían menos probabilidades de desarrollarla que los que portaban un grupo diferente de virus.
En este sentido y a través de la revisión de los resultados publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), el descubrimiento de este equilibrio entre los agentes detonantes y la generación de anticuerpos en el menor de edad podrían marcar el inicio de una nueva forma diseñada para:
- Predecir, e incluso,
- Prevenir, el diagnóstico de esta enfermedad metabólica.
A los circovirus nunca se les había asociado con enfermedades en personas. Varias líneas de evidencia apoyan la asociación inversa entre el virus que encontramos y el desarrollo de autoanticuerpos. Esto sugiere que tener un circovirus puede ser una buena cosa para las personas con un alto riesgo de diabetes.
El equipo de científicos recogió de forma mensual las heces de los niños desde su nacimiento y hasta los tres años para contrastar la información obtenida y materializar un análisis relacionado con el desarrollo de autoanticuerpos. En un pequeño grupo de niños que desarrollaron diabetes tipo 1, el equipo observó alteraciones significativas en la diversidad de especies bacterianas en el intestino antes del diagnóstico.
Imagen: Bigstock