Autoridades de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de sus representantes el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) dieron a conocer que derivado de un estudio prospectivo elaborado en el año 2015, cerca de 40 millones de pacientes en el mundo están diagnosticados actualmente con el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH), de acuerdo con una estimación anual de un millón de nuevos casos al año.
Con esto en mente, desde el año 2010, donde fueron identificados 33.3 millones de casos positivos a nivel global, en el año 2015 la cifra se incrementó pasando a los más de 36.7 millones de casos en todo el mundo.
En este contexto, el tratamiento de medicina curativa para el control de la enfermedad a través del suministro de antiretrovirales es la clave para el tratamiento que en términos generales ha demostrado su éxito en la mayoría de los casos aplicados al paciente con VIH. Sin embargo, médicos y especialistas de varias regiones del mundo y adheridos a la organización multinacional Médicos Sin Fronteras (MSF) reconocieron en su más reciente publicación titulada Waiting Isn’t an option, que este tipo de tratamiento ha demostrado su ineficacia en el 40 por ciento de los casos en el continente africano.
Las tres causas del fracaso
De acuerdo con lo anterior y en el marco de la conferencia anual de la Sociedad Internacional del Sida (IAS) sobre ciencia en VIH celebrada el pasado 26 de julio en la ciudad de París, se destacó que a los hospitales de las locaciones de:
- República Democrática del Congo (RDC),
- Guinea,
- Keni, y
- Malaui.
llegan pacientes que presentan una inmunosupresión tan grave que la mortalidad entre los que han desarrollado el sida oscila entre el 30 y el 40 por ciento. Tres de cada diez fallecimientos tienen lugar en las primeras 48 horas.
Las principales causas del desarrollo de la enfermedad y muerte se deben al fracaso o interrupción del tratamiento y al diagnóstico tardío que conduce a un retraso en el inicio de la terapia. A diferencia de lo que sucedía a principios de la década de los 2000, cuando el tratamiento disponible era escaso, en la actualidad más del 50 % de los ingresos de pacientes con sida en los hospitales de referencia apoyados por MSF ya habían comenzado la terapia antirretroviral y muchos de ellos mostraban signos clínicos de fracaso terapéutico.