Cuando una enfermedad grave presenta bajas probabilidades de recuperación es que aparece el concepto de la eutanasia, concepto generalmente asociado con la muerte asistida por un médico, aunque puede simplemente referirse al suicidio acelerado por fármacos.
Entre los países donde la eutanasia es legal, destaca el caso de Holanda, siendo esta la primera nación en autorizar la muerte asistida en el año 2002, donde un estudio llevado a cabo por Agnes van der Heide comprobó que hasta hace dos años la eutanasia representaba el 4.5 por ciento de las muertes.
Cabe destacar que la mayoría de las personas que recurren a la eutanasia en Holanda son adultos mayores (hasta 1/3 de quienes recurren a ella), sin embargo, únicamente el 92 por ciento de éstos presentaban enfermedades terminales, mientras que el resto presentaban demencia senil en un estado avanzado, por lo que se ha puesto en tela de juicio si en estos casos los médicos han consultado una segunda opinión facultativa, tal y como lo indica la Ley de comprobación de la terminación de la vida a petición propia y del auxilio al suicidio.
Vale la pena recordar que si bien la eutanasia fue legalizada hasta principios de este siglo, comenzó a ser aplicada desde 1990. En aquel entonces sólo el 1.7 por ciento de los decesos ocurridos en los Países Bajos correspondía a este tipo de prácticas.