No hace mucho tiempo las autoridades de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (UNEFARM) reportó que, durante el primer semestre del 2017, las pérdidas en el sector farmacéutico originadas por el robo de medicamentos ascendieron a poco más de 50 millones de pesos. Dato que permitió la identificación del cinturón oriente (Nezahualcoyotl, Ecatepec, Iztapalapa y Tlahuac) como una de las principales zonas donde se registraron los altercados.
No obstante lo desafortunado de la situación, nuestro país no es el único donde se da este fenómeno, sino que por el contrario, se trata de una tendencia mundial que ubica al robo de medicamentos como una potencial fuente de ingresos y recursos para el mercado informal e ilegal de este tipo de insumos farmacológicos.
El gasto en medicamentos a nivel mundial, similar a lo que produce un país en un año
De acuerdo con datos del Institute For Healthcare Information (IHI), se calcula que a nivel mundial el gasto destinado a la adquisición de medicamentos ascenderá a los casi mil 415 billones de dólares, una cifra que se equipara con el Producto Interno Bruto (PIB)de algunos países en vías de desarrollo, como México.
Un dato que deja ver un poco el ambiente sobre el que se desenvuelve el negocio que existe detrás del comercio ilegal de medicamentos no sólo en México, sino a nivel mundial.
En América Latina también se roban los medicamentos
A nivel regional, México no es el único espacio donde se presenta el robo de insumos farmacológicos para su reventa en tianguis y/o comercios informales, ya que, conforme a la redacción del informe titulado La Lucha contra la Corrupción en el Sector de la Salud, elaborado por los especialistas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en algunos países como:
- Venezuela: dos tercios de la población que se desempeña en el sector salud, reconoce o ha sido testigo del robo de medicamentos.
- Costa Rica: el 71 por ciento de los médicos reportó el robo de algún tipo de material.
En ambos casos, se contó con la confirmación de personal administrativo, de enfermería y del resto de la profesión médica, sin que las autoridades policiales hicieran algo consistente al respecto. Se volvió parte del “radio pasillo”, del sector sanitario.
Las medidas de contención
Por esa razón, las autoridades del PNUD, recomiendan incentivar en la población médica y civil de cada una de las regiones del continente, llevar acabo el ejercicio de “Buenas Prácticas”, para el cuidado de los bienes (materiales e inmateriales) con el ánimo de preservar los servicios de salud:
La participación de ciudadanos como entes de control o “guardianes” de los bienes públicos puede ayudar a detectar casos de corrupción en los servicios sanitarios. Un ejemplo de ello es el de Bolivia, donde se crearon direcciones locales de salud (las cuales cuentan entre sus miembros a funcionarios locales y representantes de la ciudadanía) para supervisar la mayoría de las instalaciones médicas45. El control de los servicios y suministros médicos por parte de la ciudadanía puede ayudar a frenar los casos de corrupción.
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