¿Alguna vez te has enfrentado a la dura realidad de un paciente con una enfermedad terminal? Si después de haber ofrecido todos los tratamientos médicos posibles, la batalla para ganarle la carrera a una enfermedad se ha perdido, lo mejor es brindar al paciente las herramientas necesarias para que termine su vida de la mejor manera posible.
La tanatología es la encargada de “aliviar” el sufrimiento físico y emocional tanto de los pacientes como el de sus familiares. Si tu clínica ofrece estos servicios o cuentas con nociones de esta disciplina, el apoyo que brindes al paciente será de gran importancia parta él.
Estos son algunos cuidados que deberías tener en cuenta con un enfermo en etapa terminal:
- No mientas sobre su enfermedad. Si sabes que ya no hay nada que hacer, no levantes falsas expectativas ni prometas que su salud mejorará. Háblales con la verdad, pues de acuerdo a muchos expertos, esto ayudará al paciente a morir con tranquilidad y a controlar un poco más sus molestias físicas.
- No lo dejes solo. Acompaña a tu paciente en su camino hacia la muerte. Este apoyo emocional puede brindarle a la persona enferma la ayuda que necesita para mitigar un poco su dolor y sus problemas emocionales. No olvides que como médico, es importante que proyectes empatía hacia tus pacientes, principalmente si se encuentran sufriendo demasiado. Toma en cuenta que el contacto físico puede representar un excelente tratamiento.
- Cuida su alimentación. Posiblemente tu paciente pedirá comer pocas cantidades de comida, así que proporciónale los alimentos que él desee cuando los requiera. Tampoco mientas diciéndoles que si comen bien su salud mejorará.
- Calma su dolor. Para muchos pacientes en etapa terminal los dolores representan el peor miedo al que se pueden enfrentar, incluso más que pensar en la propia muerte. Mitiga su sufrimiento poniendo a su disposición los fármacos necesarios para hacer más llevaderos sus últimos momentos.
- Ofrécele momentos alegres. Si existe la posibilidad, platica con tu paciente sobre momentos alegres o chistosos. La risa y el buen humor pueden mejorar su estado de ánimo amenos por un momento.