La intimidación, muerte, miedo y los enfrentamientos armados propios de un conflicto bélico con tintes políticos y religiosos, son parte del escenario sobre el que se desenvuelven millones de pacientes donde el desempeño profesional del médico debe ser doblemente fuerte: para salvar vidas ajenas y conservar la propia en buen estado.
El conflicto de los 100 años
Los efectos de una guerra en el campo médico
Con esto en mente y haciendo un recuento histórico de los hechos registrados entre el pueblo palestino frente a su contraparte israelí, la pugna por el territorio sagrado (aledaño a la región de Jerusalén) ha cobrado la vida de poco más de 52 mil 320 muertos en 67 años de inestabilidad política, esto de acuerdo con las cifras oficiales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), antes “Liga de las Naciones”.
Sin embargo, es muy probable que haya un número de muertes no registradas por las denominadas “cifras oficiales” de la ONU. Tal como ocurre en el caso mexicano de la “guerra” contra el narco.
El ejercicio de la violencia de acuerdo con AI
Con esto en mente, la organización internacional Amnistía Internacional (AI), ha sido una de las pocas agrupaciones que ha seguido el día a día de los médicos en esta zona de conflicto donde, año con año, miles de personas son desaparecidas entre bombardeos y enfrentamientos armados a la vuelta de la esquina.
En este contexto, los voceros de AI confirmaron que la semana pasada el hospital palestino de Al Makassed (HAM), en Jerusalén Oriental, fue irrumpido en dos ocasiones por soldados y policías israelíes para que, sin mediar justificación alguna:
- Se sometiera a base de golpes a médicos, personal y pacientes;
- Se accionaran armas de fuego en el lugar con fines de intimidación; y
- Se detonaran dispositvos explosivos para paralizar los servicios de salud.
Al respecto, Magdalena Mughrabi, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, mencionó lo siguiente:
La conducta de las fuerzas israelíes que llevaron a cabo las violentas incursiones en el hospital de Al Makassed, acosando e intimidando al personal y a los pacientes, es absolutamente deplorable. No cabe justificación alguna para impedir que los trabajadores médicos atiendan a un paciente herido en estado crítico. Hostigaron a mi personal y a otros pacientes, y actuaron con agresividad […] No tenían ninguna base legal para actuar así, irrumpiendo en el hospital con ametralladoras y granadas paralizantes y aterrorizando al personal y otros pacientes.
La normalización de la violencia
Por su parte, el doctor Talal al Sayed, jefe de recepción del hospital con 10 años al frente del hospital reconoció que la labor del médico en este contexto es difícil, pero que, lamentablemente, ya se han acostumbrado a desempeñarse en este ámbito.
Unos 200 soldados fuertemente armados habían rodeado el hospital y forzado su entrada en él, deteniendo a quienes encontraban a su paso y usando gas lacrimógeno. Perseguían a un joven con una grave lesión en el pecho cuyo estado era crítico y lo siguieron hasta las mismas puertas del quirófano. Invadieron todo el hospital […] Incluso entraron en la unidad neonatal […] ¿Qué iban a encontrar allí? Sólo consiguieron aterrorizar a los pacientes.
Imagen: Amnistía Internacional