Fue en 1980 cuando la comunidad científica finalmente pudo celebrar la erradicación de la viruela, enfermedad responsable de la muerte de varios millones de personas a través de los últimos siglos; no obstante la eliminación de este mortal virus, en la República Democrática del Congo (RDC) existe un pariente cercano de esta enfermedad, la viruela de los monos, padecimiento provocado por un virus muy similar, el cual ya afecta a cientos de personas en el continente negro.
Según ha declarado la Organización Mundial de la Salud (OMS), tras el fin de la vacunación, en 1980, la humanidad no se encuentra protegida frente a esta nueva enfermedad, por lo que existen razones de sobra para no apartar la mirada de la viruela de los monos o monkey pox, como se le denomina en inglés.
La autoridad mundial en salud informó que este “nuevo” virus se transmite por contacto directo con sangre, líquidos corporales, lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados.
En África hemos observado casos por manipulación de animales como ratas, momos o ardilla infectadas. Los roedores son los principales focos infecciosos y su contagio al hombre puede ocurrir por una ineficaz cocción de carne de animales portadores”, dijo Anne Laudisoit, investigadora de la Universidad de Kisangani.
Señaló que los síntomas de la viruela de los monos en humanos, también conocida como viruela símica, son muy parecidos a los de la viruela conocida: incluyen malestar, fiebre, dolor de cabeza, garganta y espalda, fatiga y tos seca. Días después del contagio comienza la característica erupción por todo el cuerpo con lesiones (entre 25 y 100) que se convierten en pústulas, forman costras y finalmente se caen. Normalmente se localizan en las extremidades, aunque también pueden aparecer en genitales, membranas mucosas, torso y cara.
“En la RDC la letalidad de esta enfermedad es, oficialmente, del 10 por ciento y quienes fallecen es a causa de la septicemia derivada de las propias heridas. Pero son cifras antiguas”, dijo Laudisoit, “no existen estudios recientes. Va a depender mucho del estado inmunitario de la población, hay lugares donde ha sido de hasta el 17 por ciento. Sé de un pueblo llamado Buta donde en 2016 se produjeron 61 casos y murieron 12 personas”.
A falta de vacunas y tratamientos y cuando no hay antibióticos a mano para combatir los estreptococos y estafilococos, la población local utiliza una especie de alcohol elaborado con mandioca, maíz o caña para desinfectar, mencionó la experta, quien añadió que no hay tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus y la única solución radica en el control de su propagación.