En los últimos días se han dado a conocer diversos casos de fraudes contra el programa de cobertura de seguridad social de Estados Unidos conocido como Medicare y, como parte de las investigaciones preliminares realizadas por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), se detuvo al médico radicado en Miami Roberto Fernández, quien se declaró culpable por realizar un fraude de alrededor de 4.8 millones de dólares.
De acuerdo con lo investigado, el fraude inició en el 2012 cuando Fernández empezó a recetar prescripciones e hizo remisiones de beneficiarios de Medicare a cambio de sobornos, es decir, facturaba a Medicare por fármacos que no eran necesarios y que en ocasiones ni siquiera les fueron administrados a los pacientes cuyos nombres aparecen facturados y se comercializaban en el mercado negro.
Por su parte, Jeff Sessions, Fiscal General de Justicia de Estados Unidos, se mostró sorprendido por el hecho de que los médicos se dediquen a realizar este tipo de fraudes que atentan contra su propio gremio y contra la salud de los ciudadanos estadounidenses.
Increíblemente, muchos médicos han convertido sus consultas en empresas criminales multimillonarias. Ellos parecen absolutamente indiferentes a las consecuencias desastrosas de su codicia. Sus actos no solamente los enriquecen a ellos, a menudo a expensas de los contribuyentes, sino que además alimentan la adicción y causan el comienzo de otras adicciones.
Por lo pronto, las autoridades han declarado que continuarán las investigaciones pero se prevé que el médico alcance una condena de alrededor de 10 años en prisión.