Durante la década de los sesenta y ochenta, en Reino Unido se infectó a un gran número de personas de VIH y Hepatitis C; en su mayoría, tratados por su hemofilia, en el Servicio Nacional de Salud (NHS).
Por ello, algunos políticos y representantes de las víctimas están pidiendo a las autoridades una investigación pública para saber la verdad, ya que este hecho es el mayor de la historia del NHS.
Hubo un encubrimiento criminal a escala industrial
Así, Theresa May, la primera ministra británica, ordenó la puesta en marcha de una investigación pública para esclarecer los hechos que provocaron la muerte de al menos 2 mil 400 personas.
Dicha investigación abarcará todo el país para determinar si en realidad la muerte de estas personas fue causada por donaciones de sangre contaminada; ya que es necesario conocer los factores que incidieron en esta terrible injusticia, destacó el portavoz de gobierno.
Agregó que una comisión especial independiente o un juez estarán a cargo y se tomará en cuenta la opinión de los afectados para definir la forma en que se llevará a cabo.
Por su parte, Andy Burnham, ex secretario de Salud ahora en la oposición, insistió en esa petición y denunció que en este escándalo hubo negligencia por parte de las instituciones públicas, así como una campaña organizada para encubrir la verdad.
Igualmente, Liz Carroll, directora de la Sociedad de la Hemofilia, apuntó que:
Durante décadas, las personas con trastornos hemorrágicos y sus familias han buscado la verdad, mientras que el gobierno negaba haber cometido errores y rechazaba reconocer las evidencias de negligencia. Finalmente, las víctimas tendrán la oportunidad de recibir justicia