Científicos e investigadores del Laboratorio de Neurociencias de la Universidad de Caen (UC), en Normandía, Francia, dieron a conocer que, derivado de un estudio elaborado por especialistas de alta calidad, se descubrió un potencial beneficio del uso de jarabe para la tos en el tratamiento del accidente cerebrovascular (ACV) en el paciente clínico.
Trombos del ictus isquémico
Molécula N-acetilcisteína
Con esto en mente y de acuerdo con la información depositada en un comunicado publicado por la UC, el laboratorio que pertenece al Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia identificó un nuevo indicio en el tratamiento del ictus isquémico.
Al respecto, la doctora Sara Martinez de Lizarrondo en coordinación con el científco Maxime Gauberti, principales responsables del trabajo de investigación, concentraron su método en el estudio de un molécula en específico, presente comúnmente en el jarabe expectorante para la tos: la N-acetilcisteína.
A grandes rasgos, las propiedades particulares de esta molécula ayudan a ‘romper’ los puentes disulfuro de las proteínas de mucina, es decir, van a degradar la acumulación de moco y así respirar mejor en caso de bronquitis.
De forma paralela, el equipo de investigadores observaron que los trombos responsables del origen de un ictus isquémico están entrelazados, de igual forma, por puentes disulfuro. Por esa razón, los científicos plantearon una hipótesis a través de la cual la acetilcisteína podría degradar el enlace de esos trombos. Por el momento los experimentos se hicieron en ratones, la fase próxima serían los ensayos clínicos (con humanos).
Las ventajas futuras de utilizar el jarabe para la tos en el tratamiento de los ictus isquémicos (en perfusión) son su bajo costo y su disponibilidad a temperatura ambiente, una ventaja para los países en desarrollo, ya que actualmente la molécula utilizada para degradar los trombos es de alto coste y necesita estar siempre en refrigeración.
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