Han pasado casi 20 años desde la transmisión del capítulo “Porygon” del programa infantil Pokémon en la nación del sol Naciente, donde el 16 de diciembre de 1997 cientos de niños japoneses fueron inducidos en un estado continúo de ataques epilépticos, una respuesta del cerebro registrada por “haber visto cinco segundos de escenas con luces intermitentes e intensamente brillantes“, de acuerdo con el balance de los médicos en Japón.
Este hecho llamó la atención de cientos de investigadores en todo el mundo. ¿Por qué afectó a cientos de niños y a otros no? ¿Cuáles son las variables que intervienen en ese proceso epiléptico?
miR -211
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En este contexto, una de las personas fascinadas por aquél hecho fue la médico especialista de la Universidad Hebrea de Jerusalén (UHJ), Hermona Soreq, quien para dar una respuesta a esta incógnita desarrolló un trabajo de investigación que contó con el apoyo de científicos e investigadores del:
- The Edmond & Lily Safra Center; y
- El Instituto Alexander Silberman de Ciencias de la Vida.
Para identificar cuáles son las condiciones que giran entorno a la protección del cerebro frente a posibles eventualidades externas que pueden propiciar una serie de ataques epilépticos en tus pacientes.
Hipótesis
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La especialista se planteo como hipótesis que los cerebros sanos pueden ser protegidos de ataques epilépticos por moléculas producidas de forma cuasi instantánea denominadas RNAs, o microRNAs (miRs).
Para comprobar su hipótesis modificó genéticamente a ratones con la intención de administrar un compuesto microgenético al que denominó miR-211, que provocaba al roedor producir de forma desproporcionada altas concentraciones de RNAs en su organismo.
La doctora pudo registrar que cuando se bajaban los niveles a un umbral similar al de los cerebros humanos, la sensibilidad para percibir posibles escenario epilépticos se aumentaba; es decir, el ratón era más susceptible de sufrir este tipo de eventos que aquel ratón con el miR-211 en su organismo.
Los cambios dinámicos en la cantidad de miR-211 en los prosencéfalos de estos ratones cambió el umbral de convulsiones espontáneas y farmacológicamente inducidas, junto con cambios en los genes de la vía colinérgica.
Una investigación tendencia
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El estudio desarrollado (y en continúan actualización) por la doctora Soreq junto a los especialistas de las distintas instituciones de investigación que participaron, se suscribe en el marco de una tendencia a la alza en beneficio del desarrollo de nuevos trabajos researching para el área de la Medicina.
En poco más de 10 años, la investigación médica y científica ha tenido una inversión neta anula que ha pasado de 18.1 mil millones de dólares a 29.5 mil millones de dólares. Una tendencia que, a grosso modo, representa un beneficio en el ánimo de encontrar nuevas respuestas a viejas problemáticas que prevalecen.
Imagen: Commons