Desde que salieron a la luz técnicas para modificar genéticamente a los seres humanos, se ha generado debate y controversia entre los estudiosos sobre su uso y aplicación.
Ejemplo de ello, es la técnica corta-pega genético, una herramienta creada para curar enfermedades genéticas como la degeneración retiniana o la distrofia muscular de Duchenne y el cáncer; sin embargo existen opiniones adversas que aseguran su utilidad para modificar genéticamente al embrión. Emmanuelle Charpentier, una de las creadoras de esta técnica, explicó que “Reino Unido y Suecia investigan con embriones fecundados in vitro para que en condiciones muy estrictas y con un límite de 14 días comprendan las bases del desarrollo de ciertas enfermedades, pero utilizarla para modificar el genoma de un embrión ya roza la línea roja”.
Es importante señalar que existen algunas cuestiones éticas en la manipulación genética. El principio de beneficencia, hace referencia a los beneficios para el paciente derivados de la aplicación de una tecnología o procedimiento deben ser superiores a sus riesgos. En este punto debe existir una proporción razonable entre los probables riesgos y beneficios. Por lo tanto, en este principio ético el decisor clave es el médico, que es quien conoce el balance entre riesgo y beneficio para el paciente.
En tanto, la autonomía indica que hay que informar adecuadamente al paciente y respetar su decisión en cuanto a la aplicación de la tecnología elegida.
Y por último está el principio de justicia, que se refiere a la aplicación ética de un tratamiento para que sea equitativa, debe estar disponible para todos aquellos que lo necesiten sin ningún tipo de discriminación y evitar las interferencias económicas.
Seguir linealmente las perspectivas éticas muestra la importancia y responsabilidad del especialista en el uso de las tecnologías médicas y subraya la responsabilidad de los que toman decisiones en política de salud y en asignación de recursos ya que deben propiciar el desarrollo de procedimientos efectivos, informar a los pacientes y ciudadanos, promover su participación y desarrollar un sistema equitativo.