El contacto constante con la contaminación, los hidrocarburos policíclicos aromáticos (HPA), durante la preadolescencia estaría relacionada con cambios subclínicos en el núcleo caudado del cerebro, según reveló una investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), publicada recientemente en Environment International.
De acuerdo con los investigadores, se trata de un grupo de contaminantes del aire formados a partir de la combustión incompleta de materia orgánica y que se forman como consecuencia del uso de combustibles fósiles y biomasa, así como de otras fuentes como humo del tabaco.
Investigaciones previas ya habían relacionado dichos compuestos a trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en niños expuestos en fase prenatal y que los autores consideran “especialmente preocupantes”.
Los resultados de nuestra investigación demuestran que la exposición a los HPA, especialmente al benzopireno, está relacionado con una reducción del volumen del núcleo caudado, uno de los componentes de los ganglios basales”, dijo Marion Mortamais, autora del estudio.
Las consecuencias que este cambio inducido en el cerebro podría tener sobre el comportamiento de los niños y niñas no fueron identificadas en el estudio. En cualquier caso, dada la implicación del núcleo caudado en muchos procesos cognitivos y de comportamiento cruciales, la reducción de su volumen resulta preocupante para el neurodesarrollo infantil.