Tanto médicos como pacientes saben que la actividad física tiene un impacto directo en la salud de quienes la realizan, especialmente para los adultos y las personas de la tercera edad; sin embargo, no fue sino hasta recientemente que un estudio se dio a la tarea de cuantificar la forma en que el ejercicio beneficia a cualquier personas, siendo el resultado un poderoso argumento que seguramente convencerá a tus pacientes para preocuparse más por ejercitarse.
El estudio, realizado por la Universidad de Brigham Young (BY) en Estados Unidos, analizó a 5 mil 800 personas, descubriendo que aquellas personas que realizan actividades físicas de forma constante presentan altos niveles de telómeros en comparación con sus similares que no suelen ejercitarse con regularidad.
A partir de lo anterior, se concluyó que las personas deportistas retrasan el envejecimiento porque los telómeros tienden a disminuir o desaparecer conforme una persona crece. De acuerdo con los resultados, los adultos con unos niveles altos de actividad física tenían siete años menos de envejecimiento que los adultos moderadamente activos; por otra parte, la diferencia es de nueve años cuando se compara con los adultos totalmente inactivos.
Para ser más claros, los investigadores definieron una actividad física alta cuando se trata de ejercitarse entre 30 y 40 minutos al menos cinco días a la semana.
Todos conocemos a gente que se ve y se siente más joven de lo que en realidad es y buena parte de eso es debido al ejercicio. Mientras más físicamente activos estamos, menos envejecimiento biológico ocurre en nuestros cuerpos”, declaró Larry Tucker, profesor de Ciencias del Ejercicio de la BY y uno de los encargados de la investigación.