El estrés y el agotamiento mental entre los médicos es un problema demasiado común. Además es un tema que tiene graves repercusiones que incluso llegan a los pacientes. Cuando un doctor está cansado tiene más probabilidades de cometer fallas.
La carga laboral que sufre el personal médico debido al impacto emocional, más que a la carga física, afecta por igual a veteranos y a jóvenes. Según datos revelados en la publicación del Journal Of the American Medical Association, en el que recopilaron 182 estudios sobre el tema procedentes de 45 países.
¿Cuáles son las consecuencias del estrés en los médicos?
El agotamiento del personal médico está directamente relacionado con la posibilidad de cometer errores en la práctica clínica y con lo que, además, se generan pensamientos suicidas.
Las consecuencias del estrés en los médicos son especialmente graves y visibles debido a la constante exposición pública de su trabajo sumado al factor de su vocación de servicio. La relación profesional con el paciente no es fácil y requiere de una serie de competencias, actitudes y habilidades, además de la necesidad de establecer distancia terapéutica con el paciente, sin dejar de lado el compromiso y la empatía.
Otra fuente de estrés se encuentra en la necesidad de estar constantemente actualizando sus conocimientos, conociendo y actualizándose en la utilización de nuevas tecnologías.
El género es una de las variables para definir los grupos vulnerables entre los médicos. Para las médicas el acceso a las tareas de actualización e investigación científica es más restringida. Podría decirse que, al estar conciliando familia y trabajo, limita su acceso al desarrollo de otras tareas. A lo que se suma la discriminación sufrida por las especialistas al momento de acceder a puestos de gestión sanitaria.
¿Qué es el estrés?
La Organización Mundial de la Salud (OMS), define el estrés como “el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan el organismo para la acción”. Ante determinadas demandas, el organismo pone en marcha un conjunto de procesos fisiológicos y psicológicos que lo preparan para actuar en consecuencia y responder a dicha demanda.
Si la respuesta resulta insuficiente o exagerada, se producen trastornos a nivel psicológico de diferente intensidad, como somatizaciones. De no ser controladas, pueden derivar en diferentes enfermedades, algunas muy graves. Estos trastornos pueden pasar inadvertidos y se cultivan durante mucho tiempo.
La Organización Mundial de la Salud publicó en 2004 un estudio titulado “la organización del trabajo y el estrés”, donde se define el estrés laboral como “la reacción que puede tener el individuo ante exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus conocimientos y capacidades y que ponen a prueba su capacidad para enfrentar la situación”. También afirma que “… se considera que el estrés laboral afecta negativamente a la salud psicológica y física de los trabajadores, y a la eficacia de las entidades para las que trabajan”.
En el sector de la salud es excesivo el trabajo y las precarias condiciones en las que se debe realizar, lo que repercute de manera significativa en la calidad de su labor y en la calidad del servicio.
En las profesiones de la salud, los principales factores determinantes del estrés se pueden agrupar en dos categorías:
- Los factores inherentes a la profesión
- Los factores laborales y de organización
Prevenir el estrés resulta ser el enfoque más eficaz para evitar situaciones que en el futuro tendrán una resolución más compleja. Cuanto antes se afronte el estrés, menores serán las probabilidades de que se vuelva crónico o se presenten enfermedades graves.
Además se debe pensar en la importancia de poner en acción políticas y soluciones sociales preventivas, que contribuyan a atenuar las dificultades en el ámbito laboral de los profesionales de la salud.