De acuerdo con el departamento de Salud y Nutrición de la UNICEF, México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en obesidad en adultos; por lo que palabras como “control” y “calorías”, son parte de un mismo enunciado protagonista de los últimos años.
Presentar métodos que se puedan aplicar de manera sencilla en el día a día de los pacientes, no sólo servirá como medida preventiva para evitar futuros problemas de salud, sino que además, te ayudará a fortalecer la confianza que ellos tienen en ti.
Si la persona que acude a tu consultorio cuenta con un índice de masa corporal mayor al que le corresponde según su estatura y edad, estos tres consejos le serán de utilidad para llegar a su peso ideal controlando su ingesta calórica.
1.- Más que bajo en grasa, poner atención en la cantidad de azúcar
Los alimentos sin grasa no siempre son bajos en calorías, esto debido a la cantidad de azúcar que contienen. Las grasas no son el único componente que aporta calorías, las proteínas y carbohidratos también lo hacen.
El azúcar contiene carbohidratos, por ello es importante revisar las porciones que se utilizan en diversos alimentos y bebidas. Si tu paciente necesita reducir la ingesta calórica, puedes recomendarle los productos que contienen sustitutos de azúcar, por ejemplo, la nueva opción sin azúcar de Coca-Cola; la cual mantiene un sabor dulce, pero sin calorías.
2.- Llevar un control de lo que come
Requiere tiempo, constancia y disciplina, pero si tu paciente logra tener un registro de lo que normalmente come y cuántas calorías ingiere, será más fácil compararlo con el número de calorías que gasta dependiendo de las actividades diarias que realiza.
Existen varias aplicaciones para smartphone que pueden ayudarlo a llevar un registro preciso de forma sencilla. Por ejemplo: ‘Calorías quemadas’, ‘Calculadora de calorías’ y ‘MyFitnessPal’.
3.- Hacer ejercicio
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, se recomienda un mínimo de dos horas y media de ejercicio a la semana, y actividades de fortalecimiento muscular al menos una vez cada tres días.
La actividad física puede ser desde dar una caminata diaria, hasta incorporar una rutina de ejercicios de moderados a intensivos. De este modo tu paciente logrará quemar las calorías necesarias para equilibrar la balanza y mantenerse saludable.
Mostrar interés por el balance calórico de tu paciente, da un valor agregado a cada una de tus consultas, pues proyectas una imagen profesional que además de atender las necesidades por las que el paciente acude en primera instancia, va un paso más allá ofreciendo un servicio integral de calidad.