Trabajadores de la salud de Oaxaca denunciaron el cese de las actividades de 15 Unidades Médicas Móviles en el estado, a pesar de que el gobernador Alejandro Murat Hinojosa se comprometió a resolver los pendientes en sanitarios.
De acuerdo con los trabajadores, solamente en los primeros días de esta nueva administración el desabasto de medicina y material de curación, así como el déficit de médicos y enfermeras fue muy bien resulto, sin embargo, a cinco meses de distancia la situación volvió a tornarse difícil, ya que “por lo visto la salud y las zonas indígenas no son prioridad para este gobierno, que en lugar de reforzar e incrementar la atención médica en zonas de alta y muy alta marginación en el estado de Oaxaca, lo que ha hecho es dejarlas desprotegidas”.
Se estima que con el cierre de las también llamadas caravanas de la salud, más de 40 trabajadores, entre médicos, enfermeras y promotores de la salud, habrían sido despedidos, afectándose así a unos 30 mil indígenas que quedaran sin servicios médicos, entre los que se encuentran 321 mujeres embarazadas, 3 mil 597 menores de cinco años de edad, y 868 personas con hipertensión.
Aunque el Gobierno estatal ha asegurado que el gran problema es la falta de dinero, los trabajadores sanitarios opinan que esto se resolvería solicitando apoyo a programas de distintas instituciones, lo que no se ha hecho por falta de voluntad.
Por otra parte, ha trascendido que mientras decenas de personas, sobre todo personas de bajos recursos, se quedan sin atención médica, el coordinador de Caravanas percibe sueldo mensual de 53 mil 304 pasos, ingreso superior al de un titular de secretaría.
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