Para la República Popular China, Taiwán no es un país, sino una “provincia renegada”, de modo que, a pesar de que solamente la primera de estas naciones tiene una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU, la segunda enviará una delegación de representantes a la 70 Asamblea Mundial de la Salud, el órgano superior de gobierno de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque no sea invitada.
Será la primera vez desde 2009, cuando se omitió la invitación a Taiwán como observadora a los trabajos, que envíe a una delegación.
La asistencia no requerida fue anunciada por la vocera del ministerio taiwanés de Asuntos Exteriores, Eleaor Wang.
La cancillería hizo hincapié en que de no recibir la invitación a la reunión de la OMS se afectaría el derecho a la salud de los 23 millones de taiwaneses y habría un vacío en el sistema de salud internacional.
Cada año, la Asamblea Mundial de la Salud se reúne en su sede en Ginebra, Suiza, y este año lo hará del 22 al 31 de mayo para, entre otros asuntos, nombrar al nuevo director general del organismo de entre los tres candidatos oficiales (Tedros Adhanom Ghebreyesus de Etiopía, David Nabarro de Reino Unido, y Sania Nishtar de Pakistán), quien ha de sustituir a la china, Margaret Chan, quien ha cumplido dos periodos consecutivos de cinco años cada uno.
El ministro de Salud y Bienestar de Taiwán, Chen Shih-chung, recordó que Alemania, Australia, Canadá, Estados Unidos, Francia y Japón han apoyado la presencia de su país en la asamblea.
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