Durante el Primer Foro Global de Política Pública en Enfermedad Renal Crónica, celebrado en la Ciudad de México a finales de abril pasado, el secretario de salud federal, José Narro Robles, destacó que la atención de esta patología requiere de planes nacionales con enfoque integral para lograr la prevención, diagnóstico temprano y tratamiento adecuado de los pacientes, además de aumentar la investigación y capacitación de los profesionales de la salud en la materia, sin embargo, esto sólo destaca uno de los grandes adeudos que ha dejado el Seguro Popular desde su instauración en 2003.
Pese a tratarse de la segunda causa de muerte prematura en México, la enfermedad renal crónica permanece fuera del catálogo de enfermedades catastróficas contempladas por el Seguro Popular luego de poco más de una década brindando servicios médicos a aquellas personas que carecen de seguridad social.
La enfermedad renal crónica es tan grave en nuestro país que incluso especialistas en la materia le han catalogado como una “pandemia nacional”, situación pese a la cual siguen sin destinarse recursos para hacerle frente.
Guillermo García García, coordinador del Comité de Salud Renal en Poblaciones Vulnerables de la Sociedad Internacional de Nefrología, ha señalado que más de la mitad de la población no tiene acceso a terapias o dispone de solvencia económica limitada, casos que “aparentemente iba a cubrir el Seguro Popular”, no obstante, a pesar de los años transcurridos desde su creación esto no ha sucedido, pues “seguimos teniendo una desigualdad terrible”, opinó el especialista.
Durante el mencionado foro, la presidenta de la Asociación Nacional de Nefrólogos, Karina Renoirte, hizo hincapié en que a pesar de que por ley debe haber aportaciones tripartitas (con participación federal, estatal y del propio paciente) para atender este problema de salud, el gobierno de la República no ha cumplido con su parte, mientras que sólo algunos estados, como Jalisco, han asumido realmente el compromiso (esta entidad destina 20 por ciento del concepto de gastos catastróficos para atender la enfermedad renal crónica).
El también jefe del servicio de Nefrología en el Hospital Civil de Guadalajara (HCG), García García, ha lamentado la “insensibilidad” gubernamental, pues el mero hecho de diagnosticar a los pacientes con enfermedad renal crónica los excluye del aseguramiento:
Les voy a poner el caso clásico: un paciente diabético si le pongo el diagnostico de ‘diabetes’ le pagan sus exámenes, le pagan sus medicamentos; si yo le pongo ‘diabetes más enfermedad renal’ no le dan ni los medicamentos ni le pagan los estudios para ninguna de las dos enfermedades. De esa magnitud es el problema.
En una reciente entrevista otorgada a El Sol de México, el director general de la Comisión Nacional de Protección Social en Salud (CNPSS), Gabriel O’Shea Cuevas, reconoció que existe una lista de condiciones que esperan para ser incluidas en el Seguro Popular, lo que no ha ocurrido por falta de recursos.
Se estima que 8 de cada 100 mexicanos tiene algún grado de enfermedad renal, mientras que en los pacientes con diabetes la proporción se eleva a 3 de cada 10, quienes en algún momento necesitarán de diálisis o trasplante renal, sin embargo, sentencia García Garcia, “tener enfermedad renal crónica en México y no tener seguridad social o dinero para poder pagar su tratamiento es igual a muerte segura” puesto que el paciente con esta patología ha sido “marginado”.