Un grupo de investigadores británicos descubrió que la aparición del cáncer se puede detectar con un año de anticipación a través de una prueba de sangre gracias a la variación en el ADN provocada por la enfermedad en el paciente.
Lo anterior se debe gracias a que la sangre muestra los primeros indicios de esta enfermedad, es decir, cuando las células comienzan a dividirse y que, en esta etapa tan temprana, no es visible en otras pruebas como radiografías y tomografías. Gracias a este descubrimiento se espera que sea más fácil atacarlo cuando todavía no se ha desarrollado por completo.
El trabajo surgió a raíz de una investigación sobre el cáncer de pulmón realizada por el Centro de Investigación del Reino Unido (CRUK, por sus siglas en inglés), pero los resultados han sido tan efectivos que podrían aplicarse a prácticamente cualquier tipo de cáncer.
Durante la investigación, fueron tomadas muestras del tumor del pulmón cuando fue removido durante una cirugía. Posteriormente, se analizó el ADN defectuoso del tumor para crear una huella genética del cáncer de cada paciente.
A continuación, se realizaron análisis de sangre cada tres meses después de la cirugía para ver si las pequeñas marcas de cáncer habían desaparecido en el ADN. Los resultados, publicados por la revista especializada Nature, mostraron que los primeros indicios de cáncer podían detectarse hasta un año antes de lo que es visible en otros métodos disponibles en el mercado.
“Gracias a esta investigación podemos identificar a los pacientes que apenas están desarrollando el cáncer y de esta forma, controlar de una forma más eficiente la enfermedad”, afirmó el Dr. Christopher Abbosh, uno de los encargados del trabajo.