A fin de evitar embarazos no deseados, las autoridades de la Universidad de California en Davis instalaron una maquina expendedora de pastillas de emergencia y condones en el Centro de Actividades y Recreación de esta casa de estudios.
Con la llegada de la “Wellness to Go” (“Salud para Llevar”), esta universidad se unió a otras tantas que en en Estados Unidos ofrecen la llamada píldora del día siguiente fuera del consultorio médico escolar.
La Universidad de Shippensburg, en Pennsylvania, y Pomona College, en Claremont, ya vendían la pastilla de emergencia a través de máquinas expendedoras, las cuales, además, ofrecen pruebas de embarazo, tampones, antigripales y otros medicamentos de venta sin receta.
Estudiantes universitarios han aplaudido esta medida, ya que consideran que la mayoría de la comunidad es sexualmente activa pero, además, han señalado la necesidad de contar con pláticas sobre anticoncepción para “disminuir el estigma”.
En Estados Unidos, los anticonceptivos de emergencia comenzaron a estar disponibles para las mujeres de todas las edades sin necesidad de receta médica desde 2013, sin embargo, hay quienes han criticado la opción universitaria al considerar que envía un mensaje negativo promoviendo presuntamente la idea de “tener sexo inseguro” porque existe una “opción de respaldo” que resulta incluso más barata (30 dólares) que en comprarla en las “farmacias” (va de 40 a 50 dólares).
Cabe recordar que el uso de la pastilla de emergencia aún está rodeado de desinformación, como ilustra una gráfica de Statista con datos de la población femenina de España en 2012, la cual llama fuertemente la atención porque el 44 por ciento de las encuestadas aseguró no haber tomado anticonceptivos de emergencia tras mantener relaciones sexuales sin protección por considerar que la actividad sexual no implicaba riesgo de embarazo, aunque también hay quien señaló el supuesto riesgo de aborto (3 por ciento) o esterilidad (1 por ciento) por su consumo como justificación para no recurrir a ella.
Otras más mencionaron que la píldora del día siguiente era costosa (4 por ciento) o sentían vergüenza al adquirir el fármaco (2 por ciento), dos impedimentos que la máquina dispensadora de anticonceptivos se ha encargado de resolver, de modo que en Estados Unidos estudiantes de más universidades están interesados en que el “Wellness to Go” llegue a sus campus.
Imagen: Bigstock