Este 2017 inició con una serie de retos que han complicado aún más la de por sí crítica situación económica que atraviesa México (pasando por el llamado #gasolinazo hasta las políticas proteccionistas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump), sin embargo, ante el riesgo de que el establecimiento de salud atraviese por malos momentos, siempre será bueno que el médico emprendedor se prepare para enfrentar eventualidades.
Con mucha frecuencia, los emprendedores suelen abandonar sus proyectos porque prefieren no afrontar las amenazas, no obstante, para sobrevivir y triunfar resulta clave estar comprometidos con nuestras responsabilidades a fin de minimizar el impacto negativo.
En momentos de crisis financiera lo primero que el consultorio médico, clínica u hospital debe hacer es negociar con los proveedores para impedir que las deudas crezcan, pero más allá de tratar de contener los estragos, habría que buscar la manera de salir fortalecidos de este transe pues, como señalaba Albert Einstein, “la crisis es la mejor bendición”, ya que “trae progreso”.
Por ello, si eres médico emprendedor y te preocupa no saber qué hacer en estos casos, considera:
1. Recortar gastos
Esto se debería hacer no sólo en los “malos momentos”, también en los “buenos”, ya que durante la crisis ayuda a contener el impacto de la afectación, y en ausencia de ella representa un ahorro que se puede destinar a otros rubros.
2. Hacerte promoción
“Santo que no es visto, no es venerado”, señala un dicho mexicano, y con justa razón, pues en los casos de crisis lo que se requiere es implementar mecanismos que ayuden a conseguir exposición para atraer a más pacientes a quienes se pueda fidelizar, por tanto, se necesitan promociones en redes sociales, las cuales se suelen armar sin costo; o bien, lanzar paquetes de ofertas pensados para cubrir las necesidades de la gente a fin de que pueda ser captada por el establecimiento de salud.
3. Establecer alianzas
Busca el apoyo de colegas que signifiquen un “plus” para el consultorio, clínica u hospital. Piensa, por ejemplo, en que un ginecólogo puede aliarse con un pediatra para compartir la renta de un edificio en el que es posible instalar sus respectivos consultorios, lo que, además de tener beneficio económico, representa una estrategia de mercado, pues las mujeres que se atienden con el primero, pueden llevar a sus hijos con el segundo.
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