Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ubican a esta enfermedad como un padecimiento que se presenta en uno de cada 10 mil nacidos vivos, situación que la coloca con una incidencia anual de poco más de 5 mil personas. En la actualidad, la patología no tiene cura, pero sí posee una serie de terapias que pueden mejorar, considerablemente, la calidad de vida del paciente si se tiene un diagnóstico oportuno de la hemofilia.
En este orden de ideas y, a manera de ejemplo, el Gobierno de Ecuador a través del Ministerio de Salud Pública (MSP) interviene en el ataque frontal contra la hemofilia al otorgar medicamentos para el tratamiento de forma completamente gratuita.
Siguiendo esta línea discursiva, la coordinadora del Programa Nacional de Sangre (PNS) del MSP en esa localidad, Isabel Miño, explicó que la enfermedad, generalmente, se manifiesta cuando los niños aprenden a caminar y su gravedad clínica depende de la magnitud de la deficiencia de los factores de coagulación.
Lo que podría parecer un corte o un golpe sin importancia puede ser un problema para quienes padecen hemofilia. Por esa razón está incluida en la lista de las enfermedades raras del MSP, con la finalidad de dotar de medicamentos de forma periódica y gratuita a los pacientes.
Al respecto, Javier Córdova, presidente de la Fundación Hemofílica Ecuatoriana (FUNDHEC) destacó que algunos de los indicios de la hemofilia son visibles desde la etapa más temprana de los infantes.
Al niño que casi siempre se le hacen moretones en las articulaciones cuando empieza a gatear, por el esfuerzo que hace, presenta un primer síntoma de hemofilia.
Derivado de lo anterior y de acuerdo con la Federación Mundial de la Hemofilia (FMH), la profilaxis es actualmente la mejor opción de tratamiento para las personas con hemofilia grave, pues atender la condición antes de que se presente un evento les permitirá permanecer activas y participar más cabalmente en la vida cotidiana.
Imagen: El vocero hispano