Con la presencia del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, se inauguró el Laboratorio Universitario de Resonancia Magnética Nuclear (LURMN), que en la actualidad es la técnica más poderosa para determinar la estructura de biomoléculas (como enzimas y proteínas de membrana), además de tener múltiples aplicaciones, como el diseño de nuevos fármacos o estudios a obras de arte.
El Laboratorio forma parte del Instituto de Química y tiene un detector que trabaja a menos 270 grados centígrados, lo que le permite analizar moléculas en cantidades muy pequeñas y hacer análisis del estado de cada átomo.
La resonancia magnética nuclear es como los ojos de los químicos; tenemos que interactuar con las sustancias, saber cómo son a nivel atómico y cómo se transforman. Es la técnica más trascendente y precisa para hacer esto. El laboratorio representa un escalón importante para la investigación en la Universidad y para todo el país” explicó Jorge Peón Peralta, titular de la entidad universitaria.
En el laboratorio también se puede determinar la composición de ciertas mezclas, como el líquido cefalorraquídeo o el plasma de la sangre, entre otras.
Dicho laboratorio contó con recursos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y se integra a dos laboratorios nacionales que ya tiene el Instituto de Química de la UNAM: el Nacional de Estructura de Macromoléculas (LANEM) y el Nacional de Ciencias para la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (LANCIC)
En el primero observó diversos procedimientos que realizan para desarrollar fármacos y durante su recorrido en el segundo laboratorio, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) escuchó las explicaciones de investigadores sobre los estudios químicos que realizan a obras de arte.
A través de cromatógrafos de líquidos, gases y luz infrarroja se pueden determinar, por ejemplo, los materiales que se utilizaron para pintar los murales de Bonampak, o para las pinturas del siglo XVI.