Los médicos residentes que trabajan más de 24 horas sin descanso tienen un riesgo 36 por ciento mayor de cometer errores en la atención a los pacientes y un 61 por ciento más de probabilidades de sufrir un accidente con material punzocortante.
Así lo dio a conocer un reporte de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed), el cual señala además que tales problemas son originados, primordialmente, por las exigencias que imponen los servicios con una demanda que ha superado la capacidad de atención en las diferentes instituciones de salud del país.
El análisis realizado por expertos de la Conamed menciona que las jornadas de más de 24 horas repercuten en el desgaste profesional que padece entre el 25 y el 60 por ciento de los médicos residentes en nuestro país.
El reporte forma parte de un artículo publicado por la Secretaría de Salud (SSa) sobre la calidad de la atención clínica en México, un tema que continúa siendo objeto de debate.
Es un tema que engloba a las instalaciones, equipos médicos, fármacos y material de curación y a los trabajadores. Cada una de las instituciones de salud (incluidas las clínicas y hospitales del IMSS-Prospera) debe aprobar una verificación de que cumplen con requerimientos que garantizan la atención y seguridad tanto de los pacientes como del personal que ahí labora”, señaló Sebastián García Saisó, director general de Educación y Calidad en Salud, quien mencionó que sólo 107 hospitales han aprobado esta evaluación.
Sin embargo, reconoció que la calidad está relacionada con el servicio que brinda el personal médico, el cual, de acuerdo con el estudio realizado por la Conamed, presenta un severo desgaste laboral que se refleja en fatiga, inestabilidad emocional, irritabilidad, alcoholismo, consumo de drogas y/o depresión.
Los investigadores de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, Luis Villanueva y Miguel Ángel Lazana partieron de la teoría marxista sobre la enajenación del trabajo que menciona que el desgaste profesional existe donde prevalecen la sobrecarga de trabajo, escasez de recursos, acoso laboral, falta de equidad o justicia organizacional, ausencia de estímulos, pérdida del control del trabajador sobre su actividad y ausencia de participación en la toma de decisiones.