Por mucho tiempo, los investigadores se concentraron en erradicar el virus del VIH de las células T; sin embargo, un nuevo estudio demostró que este virus también persiste en los macrófagos que han sido infectados.
El hallazgo realizado por científicos de la Universidad de Carolina del Norte (UNC), abre un nuevo tipo de enfoque para el tratamiento de la enfermedad, se dijo a través de un comunicado de prensa.
El estudio publicado en la revista Nature Medicine señala que los resultados cambian radicalmente el estudio del VIH porque “demuestran que células distintas de las células T pueden servir como reservorio para el virus”, declaró Jenna Honeycutt, investigadora principal.
El hecho de que los macrófagos infectados por el VIH puedan persistir significa que cualquier posible intervención terapéutica para erradicar el virus podría tener como fin dos tipos muy diferentes de células.
Tras una serie de experimento con ratones con un sistema inmune privado de células T cuya médula ósea consistía de células humanas, los científicos observaron la reaparición del virus en un 30 por ciento de los roedores después de que dejaron de administrarles los fármacos antirretrovirales.
Jenna Honeycutt y su equipo de trabajo mencionaron que los macrófagos pueden convertirse en la principal reserva oculta del VIH, y relanzar la infección después de ser tratado el virus con anticuerpos, medicamentos o la erradicación de células T.
Ahora el principal objetivo es entender dónde se encuentran los macrófagos durante la toma de los fármacos antirretrovirales y cómo debemos combatirlos. Si tenemos claro este proceso, podríamos desarrollar un nuevo tratamiento eficaz contra el VIH.