Es posible que para muchos médicos la palabra “vacaciones” no exista en su diccionario, pues es bastante conocido que la profesión absorbe una buena cantidad de tiempo y esfuerzo. Sin embargo, las vacaciones de Semana Santa se han convertido en un periodo en donde la mayoría de la gente aprovecha para dejar atrás los asuntos del trabajo para relajarse y regresar a la vida cotidiana con más fuerza.
Si aún no decides irte de vacaciones por temor a descuidar tu empresa de salud, tu salud física y mental puede verse perjudicada al no encontrar un equilibrio entre tu vida privada y tu vida dentro de la clínica.
Trabajaste duro todo el año, así que unas buenas vacaciones no te caerían nada mal.
Mira las siguientes recomendaciones que te ayudarán a mantenerte al tanto de lo que ocurre en tu empresa de salud mientras te liberas del estrés:
- Si debes consultar tu correo, hazlo solamente una vez al día.
- Aprovecha las ventajas de la tecnología y activa el modo auto-responder de tu correo, de esta forma la gente sabrá que no te encuentras disponible por el momento. O bien, avisa con bastante tiempo de anticipación que te encontrarás fuera de la ciudad porque tomarás tus vacaciones.
- Irte de vacaciones y hacer como si tu consultorio no existe tal vez no es una buena idea. Comunícate con tus empleados o con quien se haya quedado a cargo para saber cómo va el negocio cada 2 o 3 días.
- No seas desconfiado y elije a alguien para delegar tus actividades. Pide que te mande reportes y revisarlos cada cierto tiempo.
- Antes de irte de vacaciones, atiende tus asuntos más importantes y delega los pendientes menos importantes a tus empleados de confianza.
- Respeta tu tiempo vacacional, busca un tiempo para estar contigo, para leer un libro, ver una película o salir a pasear con amigos y familiares. Haz cosas que disfrutes.
Recuerda que si tu cuerpo y tu mente están bien, tus pacientes también lo estarán.