A lo largo del tiempo, el trabajo se define como una actividad central en la vida de las personas debido a que es donde transcurre la mayor parte del día. El origen y objetivo del trabajo, estaba basado en cubrir las necesidades básicas, y terminó por ser reconocida como una actividad promotora del desarrollo del potencial de las personas. Su importancia radica en que puede transformar al ser humano física, psicología y socialmente. Al desarrollar una actividad laboral, el individuo tiene la posibilidad de emplear sus destrezas físicas y subjetivas: voluntad, habilidades, conocimientos y su salud emocional. Sin embargo, el trabajo sufrió transformaciones con la llegada del capitalismo. Al enfocarse en la productividad y los beneficios económicos, el trabajo ha ido en detrimento de la calidad de vida del trabajador y afecta su vida en general.
Las actividades propias del sector de la salud, en donde el componente emocional que se deriva de la interacción de los profesionales de la salud con sus pacientes, se ha vuelto un elemento fundamental del capital laboral, debido a que las emociones se convierten en un recurso importante que puede beneficiar o perjudicar la productividad, al mismo tiempo que las ganancias provenientes de la labor del profesional.[1]
Para los profesionales de la salud es un deber gestionar constantemente sus emociones, cuando se encuentran al cuidado de la salud de los pacientes. Las emociones son una exigencia laboral que se puede convertir en un riesgo para su propia salud.
Los profesionales de la salud se encuentran sujetos a una interacción permanente con los pacientes, lo que los enfrenta constantemente a evaluar su vocación de servicio, su compromiso con la profesión y el manejo emocional. Ya que, la profesión les exige mostrarse responsables y comprometidos, manifestando dedicación y disposición.
Los profesionales de la salud cumplen un rol esencial y específico, según el campo de acción que tiene cada especialidad, sin embargo, es muy poco lo que se conoce de las condiciones de trabajo de cada uno de ellos y los efectos que éstas, tienen sobre su salud. Cada uno de los profesionales de la salud (médicos, especialistas, enfermeros, auxiliares, etc.) trabajan en entornos laborales con altas exigencias psicológicas, lo que incide en su estado de salud y ocasiona problemas emocionales, psicológicos y físicos, que se manifiestan en: estrés, insomnio, fatiga física y psicológica, dolores de cabeza, trastornos digestivos, hipertensión, enfermedades psicosomáticas. Con el agravante de que las afecciones de salud de estos trabajadores repercuten, inevitablemente, en la calidad del servicio que ofrecen.
Para los profesionales de la salud, el incremento del trabajo que conllevan las exigencias de mayor calidad en su labor, los lleva a controlar, modificar o suprimir sus propios sentimientos, para poder expresar “emociones adecuadas” para cumplir con las demandas de la labor que realizan y poder brindarles a los pacientes a su cargo, la tranquilidad y la seguridad de estar en las mejores manos.
Tanto la sociedad como los directivos y empresarios, exigen a los profesionales del sector de la salud, mostrar determinadas emociones. Sin embargo, y a pesar de las evidencias, no se presta la atención debida a la problemática por la que atraviesa el personal de la salud, debido a la constante exposición a situaciones que les demanda una fortaleza emocional, por lo que es importante definir las consecuencias que el esfuerzo emocional que realizan estos profesionales, tiene para el servicio que prestan, para su salud y para su calidad de vida.
- Material dirigido solo a profesionales de la Salud
- Información realizada para profesionales de la salud en territorio colombiano
- Todo lo publicado en la plataforma es una recomendación, más no una prescripción o indicación médica
RB-M-38871