Aunque los médicos son formados para sanar a los pacientes, llegará un momento en sus vidas profesional que les muestre que la muerte es una realidad con la que tarde o temprano deberán libras batallas a perder y, por tanto, quedarán expuestos a enorme desazón.
Cualquiera que sea la especialidad del médico, tendrá en sus manos a pacientes con condiciones que desemboquen en fallecimiento dejándolo con dolor, algo que se muestra en las páginas de la enriquecedora obra del anestesiólogo y maestro en Ciencias Bioéticas, Jaime Federico Rebolledo Mota.
“El médico y el dolor, el dolor del médico” es un libro formado por tres capítulos: “El dolor humano”; “El dolor del médico“; y “Gracias, doctor”, donde no sólo se habla del sufrimiento por la pérdida del paciente, también de trastornos mentales que pueden aquejar a los galenos, como síndrome de burnout y mecanismos de defensa más empleados por los facultativos en las instituciones de salud.
Este libro, fruto de 18 años de práctica médica diaria en la que el autor se enfrentó con la evolución del dolor propio y el de colegas deja ver cómo se deteriora la salud de los galenos a fin de evitar este desgaste.
Las lineas contenidas en “El médico y el dolor, el dolor del médico” resultan un remedio preventivo contra el síndrome de aniquilamiento que el facultativo no debería perderse.