La investigación taxonómica de los alacranes se inició hace más de ochenta años en nuestro país. La medicina popular ya la utilizaba en sus remedios, pero hoy la ciencia ha multiplicado esas posibilidades ya que científicos aseguran que puede tener propiedades antibióticas y antipalúdicas.
Si bien ya se ha estudiado el veneno del alacrán para encontrar un antídoto eficaz contra su picadura hoy se están estudiando sus componentes, para entender si alguna sustancia puede ayudarle al humano. Su veneno contiene interesantes componentes proteicos que pueden ser útiles principalmente para el desarrollo farmacológico.
Algunos investigadores ya se han dado a la tarea de estudiar los componentes del veneno del alacrán, tal es el caso del brasileño naturalizado mexicano, Lourival Domingos Possani, quien ha recibido el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1995 y 2016. El también investigador del Instituto de Biotecnología de la UNAM, ha dedicado los últimos 42 años al estudio de este arácnido, identificando su estructura química y su función.
Hasta ahora los únicos antivenenos que existían era de origen animal (equino), sin embargo Possani cree hallar sustancias más eficientes mediante la clonación de genes que codifican las inmunoglobulinas humanas. Un banco de genes ha logrado seleccionar anticuerpos que neutralizan las toxinas de algunas especies de alacrán.
Una generación de antídotos como ésta tendría grandes ventajas, primero por su tamaño molecular: entre más pequeño es el antídoto, se distribuirá más rápido en el cuerpo y el efecto sería más efectivo, además el cuerpo lo eliminaría de manera renal. Esta es una gran ventaja considerando que los más afectados son los niños quienes por su tamaño y masa, tienen más probabilidades de morir por la picadura de un alacrán.
Los científicos ahora trabajan buscando evidencias antibióticas in vitro en cepas de bacterias resistentes, Possani cree que el reconocimiento de péptidos y otras sustancias en el veneno de estos arácnidos son capaces de evitar el crecimiento de bacterias o microorganismos que pueden funcionar como antibióticos y alternativas contra cepas resistentes para las que los antibióticos de uso común ya no funcionan.
En el mundo hay 2 mil 500 especies de alacranes, México posee más del 10 por ciento de las especies.