Muchas veces debido a la carga de trabajo que se traduce en todas las tareas que nos mantienen ocupados durante todo la semana hacen que nos sumerjamos en un ambiente de poca claridad para llevarlas a cabo. Es muy común que los profesionales se pierdan en una agenda que nos absorbe de diferente manera por mucho tiempo. En este sentido, la revisión del principio de Pareto podría ser una alternativa para subsanar las labores que dejamos de lado, con el fin de ser más productivos en el trabajo médico.
Principio de Pareto
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El principio es el resultado de una investigación llevada a cabo por el economista italiano conocido como Wilfredo Pareto, quien después de observar la situación de su país encontró que el 80 por ciento de la riqueza en Italia se encontraba en las manos de apenas un 20 por ciento de la población.
En este orden de ideas, Pareto dedujo la relación 80/20 como un concepto de productividad a nivel sociedad que puede utilizarse como un modelo muy sencillo para aplicarlo en la actividad diaria y. por ende, en la profesión médica.
¿Cómo aplicar el principio de Pareto?
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Respecto a la relación 80/20 como base del razonamiento lógico de Pareto, la productividad del 20 por ciento tiene un impacto en el 80 por ciento de un total estimado. En esa tesitura, el portal liderazgohoy.com ofrece algunos ejemplos sencillo y por demás aplicables dentro de nuestro actividad profesional diaria.
- Cuando se habla de tiempo: El 20% de nuestro tiempo produce el 80% de los resultados.
- En los productos: El 20% de tus productos es responsable del 80% de las ventas.
- Cuando de lectura se trata: El 20% de un libro tiene el 80% del contenido.
- En nuestro trabajo diario: El 20% de tu trabajo/proyectos aportan el 80% del resultado.
- Con nuestros paciente: El 20% de los pacientes representan el 80% de tus resultados.
El Óptimo de Pareto
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La clave para llevar a cabo la idea del economista italiano recae en una sencilla razón: la priorización. De tal forma, cabe preguntarse sobre las cuestiones que en nuestra labor diaria son improrrogables y si aquellas otras cosas son más importantes para realizar que otras.
Siguiendo esta línea argumentativa y conforme a la información presentada en un artículo publicado por la revista especializada Alto Nivel, es relativamente simple concretar una mayor productividad en nuestro actuar diario. Sólo hace falta seguir estos sencillo pasos.
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Prepara tu agenda del día
Antes de comenzar a particularizar, recuerda que debes de empezar por lo general. Antes de dormir estructura tu agenda, coloca dentro de ella todos los pendientes, reuniones con clientes, juntas y nuevos proyectos o ideas a realizar.
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Priorizar, la clave de todo
Es tiempo de analizar cada una de tus tareas por cumplir. Priorizar no quiere decir que debes sacar todas las tareas menos importantes de la agenda, quiere decir que vamos a separar lo urgente de lo importante. Por ejemplo: Realizar una llamada a un cliente. En muchas ocasiones separamos “las llamadas” a los clientes en diferentes horarios, esto nos quita tiempo porque también se convierte en un distractor. Lo que podemos hacer es juntar todas las llamadas y hacerlas en un solo horario. Esto ayudará a reducir tiempos perdidos y puedes concentrarte en una sola cosa.
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Aplica el Principio de Pareto
Es hora de depurar la agenda. Analiza cuál de tus tareas a realizar son realmente importantes para alcanzar los objetivos semanales, mensuales o semestrales. De acuerdo con la regla 80/20, éstas deben ser sólo el 20% de tus pendientes, el resto del porcentaje es para complementar las tareas primordiales o como resultado de los pendientes.
Una vez que la hayas identificado no quiere decir que debes realizar sólo estas y olvidarte de las demás. Lo que los expertos de Trabajando.com recomiendan es que al separar tu 20% de tareas trascendentales, verifiques que éstas se concluyen antes de terminar el día, coloca horarios para realizarlas y cuida que el resto del tiempo se dedique a las tareas secundarias. ¡Ojo! Si surge algún pendiente, debes hacerlo.
Imagen: Bigstock