Toda empresa, sin importar a qué rubro se dedique, debe contar con un código de ética, ya que es una herramienta con la cual se pueden establecer estándares de comportamiento para todas aquellas personas que trabajan en el mismo núcleo organizacional.
En el caso de las empresas de salud esto es muy importante, pues gracias al código de ética es posible unificar criterios y disminuir posibles desviaciones de conducta. Y por si fuera poco, es una forma de cristalizar la cultura organizacional, los valores y creencias de la gente y de la misma empresa.
Aunque no existe un manual universal para la elaboración de un código de ética, sí existen algunos elementos que debes considerar al momento de desarrollar tu propio código:
Introducción
Tu código debe recordar la misión y visión estratégica. Aquí es conveniente que explique los motivos del código. También se recomienda que en la primera hoja del código, el director o fundador de la empresa manifieste su importancia.
Valores y principios
Se refieren a todos aquellos factores que guían la manera de actuar de tu empresa de salud.
Aspectos normativos
Se refieren a las pautas, derechos, deberes, prohibiciones y sanciones, como por ejemplo:
- Hospitalidad y atención a los pacientes.
- Relaciones con las instituciones reguladoras de salud.
- Licitaciones.
- Cumplimiento con la ley local e internacional de salud.
- Conflicto de intereses.
- Deberes y prohibiciones laborales, privacidad, seguridad e higiene ocupacional.
- Responsabilidad ambiental y social.
- Equidad, entre otros.
Especificidad
Es importante que el código de ética no caiga en excesivas generalidades en su redacción, por lo que debe ser específico como se pueda.
Implementación
La confianza es buena, pero el control es mejor. Por tal motivo es aconsejable realizar auditorías periódicas y contar con declaraciones que confirmen haber leído y comprendido el código.
Los expertos recomiendan compartir el borrador del código con asesores legales con la finalidad de conseguir una coherencia íntegra empresarial.