Los accidentes cerebrovasculares son enfermedades crónicas que pueden causar discapacidad, desventajas y deficiencias. Por lo general, la permanencia de secuelas incapacitantes, impone limitaciones de tipo sensorial, motriz y de comprensión, cambiando la vida de las personas, no sólo porque restringen las actividades cotidianas sino también porque compromete las posibilidades de administrar, de manera normal, la vida personal y familiar.
Con relación a la discapacidad física la disfagia, la afasia y la plegia, son factores predominantes que afectan el desempeño en las actividades cotidianas, la interacción social, las actividades laborales, llevando a las personas que lo padecen a sufrimientos y repercusiones negativas en la recuperación general.
En la medida en que se generen conocimientos para ayudar a comprender a las personas con este tipo de incapacidad, se generarán cambios significativos en todos los ámbitos de su vida.
Por ello, para el paciente es fundamental recibir orientación acerca de su enfermedad que le puedan aportar beneficios, tales como acortar el periodo de recuperación. Es esencial educar, informar y ayudar al paciente y a sus cuidadores y familiares sobre los efectos de la enfermedad y las limitaciones físicas para la realización de actividades cotidianas. Además, ayuda a reducir las re-hospitalizaciones que pueden surgir como consecuencia de la discapacidad. Cuando la familia participa activamente en la atención del enfermo, y tienen información clara acerca de la enfermedad y su evolución, podrán hacer que la rehabilitación del paciente sea más positiva y rápida.
En Colombia, se estima que el 28% de todas las muertes se debe a enfermedades cerebrovasculares. El estilo de vida de los colombianos ha cambiado radicalmente en los últimos tiempos. La mala alimentación, el sedentarismo, el estrés, el tabaquismo, la obesidad, la hipertensión, la dislipidemia, la diabetes, favorecen el acelerado desarrollo de enfermedades a más temprana edad.
La rehabilitación de los accidentes cerebrovasculares, deben iniciar a la mayor brevedad, 24 o 48 horas después, así será mayor la probabilidad de recuperar las habilidades y destrezas perdidas en el evento. Sin embargo, las prioridades del personal de salud se enfocan en estabilizar la salud del paciente, controlar las afecciones que ponen en riesgo la vida, evitar que se repita y limitar las complicaciones relacionadas con el accidente cerebrovascular.
Son muchos los factores que afectan el resultado de la rehabilitación de un accidente cerebrovascular y varía de una persona a otra. No se puede predecir cuántas y cuáles capacidades se pueden recuperar y con qué rapidez. Por lo general, el éxito depende de factores físicos, emocionales, sociales y terapéuticos. Sin embargo, la tasa de recuperación es muy lenta y puede ocurrir después de 12 o 18 meses de ocurrido el accidente cerebrovascular. La recuperación puede ser una experiencia larga y frustrante a la vez. Pero la voluntad y la dedicación de trabajar en la rehabilitación, ayuda a mejorar y a obtener el mayor beneficio.[1]
[1] https://www.who.int/topics/cerebrovascular_accident/es/
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