Durante las primeras horas de este 28 de febrero, la ONG Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) hizo del conocimiento público su postura referente a las condiciones que viven la mayoría de las prisiones de Tailandia, al tiempo que exigió a las autoridades resolver la superpoblación de sus cárceles y otras carencias que atentan contra los derechos humanos de los prisioneros.
En este orden de ideas y a través de la publicación de un informe titulado Behind the Walls, A look at conditions in Thailand’s prisions after the coup, Dimitris Cristopoulos, presidente de la FIDH, reconoció que en el país asiático hay más de 289 mil prisioneros distribuidos en 119 cárceles. Situación que se puede traducir en una superpoblación del 224 por ciento.
Que el Gobierno tailandés diga que las condiciones de sus prisiones cumplen con los estándares internacionales de seguridad, sanidad y dignidad humana es ridículo. Se necesitan reformas urgentes.
Por otro lado, el informe también señala que Tailandia tiene el mayor índice de encarcelamientos de acuerdo con la estadística de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) donde, además, se ha echo constatar que la actual junta militar tailandesa ha detenido a civiles en campos de concentración militar, lo que supone una violación de sus derechos.
De igual forma, la ONG subrayó el acceso inadecuado, y en algunas prisiones inexistente, a los servicios básicos de salud como tratamientos médicos, alimentación insuficiente y escasa higiene en las instalaciones penitenciarias.
Los prisioneros son sometidos a menudo a prácticas laborales de explotación que se caracterizan por las duras condiciones y una remuneración insuficiente. Además, derivado de la recopilación de las voces de los familiares de los presos, el uso excesivo de grilletes y algunas formas de castigo que pueden ser catalogadas como tortura son parte de las condiciones que viven a diario miles de personas. Sí, personas.
Detenciones arbitrarias, campos de concentración militar, servicios básicos de higiene, sobrepoblación, falta en el suministro de alimentos y condiciones precarias de convivencia.
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